Cuando tu interior habla y no lo escuchamos.
La esencia del dios divino, cuando nos ayuda y siempre está presente en nuestras vidas. A mí por lo menos me ocurre y me suele pasar que está y siempre lo hará. Unos lo asocian a la biblia y esos libros sagrados, pero yo no voy por ahí, voy más allá. Dios está dentro de nosotros y es amor. Pues bien, la esencia la tenemos todos y eso es lo que nos identifica con dios claramente. Igual es la famosa partícula de Dios que muchos científicos andan estudiando e investigando, pero a día de hoy es imposible —igual así será siempre porque seremos nosotros— por eso la ciencia no sabrá nunca como saber de ella. Es mi opción.
A mí claramente siempre me ha acompañado desde siempre, desde bien pequeño siempre me he sentido diferente —como estar en otra liga— y en donde muchas veces he querido ser normal, pero no es el caso. Nací así y así moriré, no puedo hacer otra cosa que seguir en el camino y escuchando mi interior desde siempre. La esencia la tenemos, pero muchos no la escuchan y menos la tienen despierta. Cuando esa esencia está activa es cuando nos ocurren cosas que otros no y no pueden, incluso, ver. Sí, es más real que la vida misma y quien esté leyendo esto, sabe bien de lo que hablo. ¿Quién es? Evidentemente, Dios.
El amor a Dios siempre será otorgado por mí, por ello no hace falta nada más que amarlo y tenerlo en mente —poco más—. La iglesia es algo exterior y buscar fuera lo que tenemos dentro, es siempre lo mismo y cosa que, siempre, estaremos igual en la vida —buscando fuera—. Por ello, buscar en nuestro interior es importante y no fuera. Amar a Dios no es ir a la iglesia, creo que es mucho más que eso.
«La esencia es muy real y se siente. Notaremos que no estamos solos y es más, siempre nos acompaña como si fuera alguien más»
Cuando notamos la esencia dentro de nosotros y el amor a dios, es cuando nos cambia la vida. Notamos cambios inclusive nuestro alrededor y es cuando, incluso, vemos señales claras del camino y ayuda por donde tenemos que ir en la vida y porque estamos, incluso, en la vida —misión—. Todos copian pensando que pasarán la prueba, pero todos tenemos diferentes exámenes y por ello, trabajemos y sigamos.
Las señales que nos llegan son para alertarnos de que ocurre, para qué ocurre y que tenemos que hacer. Aun así, no toda información llega, para que sepamos también tenemos que exprimir el cerebro porque el otro 50% lo ponemos nosotros. No te dan toda la información sin esfuerzo, todo tiene un propósito y todo lo que termina, empieza un nuevo día u horizonte.
Otras de las cosas que podrían ser verdad o no está documentado, es fácil, es que cuando la gente muere joven, es porque terminó su misión en la vida y quien llega a viejo, es porque no llegó a terminar la misión y mueren porque la vida no puede llegar a darle más tiempo, claro que, mueres sin terminar a lo que se vino. Sin más. Ahora bien, si es ocurre, es evidente que volveremos a la vida a terminar lo que empecemos en su día, ni más ni menos. Es raro y complicado, pero al parecer posiblemente sea a así, también los budistas tibetanos hablan de cosas así.
«Sigo pensando que vivimos por algo y para algo, no solo nacer, trabajar, y morir. No tiene sentido y cuando nos paramos a pensar, nos damos cuenta de muchas cosas que estar 8 horas en un trabajo como un robot o llevar una vida como un robot»
No pasa nada de lo que comento o mejor, no nos preocupemos por eso. Mejor preocuparnos en la esencia y sentirla dentro de nosotros, como si notáramos que algo vive en nosotros e incluso, que no estás solo —alguien más camina junto a nosotros— en la vida y que nos da instrucciones para llevar la misión a buen puerto.
No tendría sentido la vida sin nada de lo que hablamos anteriormente en este artículo, ¿creéis que la vida en sí tiene sentido? No la tiene. Sigo pensando en la esencia, en Dios y en lo espiritual. Veo claramente que la vida tiene algo más que nacer, trabajar, tener hijos y morir. Por ello, como la letra pequeña no la dijeron el día que decidimos volver a la vida y hacer alguna misión o trabajo, ahora nos encontramos solos y perdidos o peor aún, en bucle en la vida durante unos 80 años de media. Morir y fin. ¿Tiene sentido? No la tiene y por ello, tenemos que saber el acometido y por qué estamos aquí, poco más.
Sea lo que sea y para cuando sea, no debemos olvidar la esencia que habita en nosotros y que eso, es la de Dios. Dios, como podría decir ser superior o dioses o a saber que más, pero que es real, ya os digo que sí.
Saludos a todos.
Miguel Ángel
Grupo Investigación Insólita 