Grupo Investigación Insólita

El peligro de la noche en las calles

Hoy, después de ir a buscar a mi hija al trabajo casi a la una de la madrugada, una chica se acercó y me preguntó si la podía llevarla en el coche a donde ella vivía, pero el destino que tenía que llevar, era otro. Vamos otra dirección le respondí. Claro que la chica se fue —me supo mal—, aun así, al dar la vuelta, esa chica ya no estaba. ¿Dónde fue? Podría llevarla en que fuera al revés, a mi dirección, y más, como están las calles de poco seguras.

Pues al final nos fuimos y no vimos a la chica por la zona andando. Todo muy raro. Pensando, hoy en día muchas estafas y robos que tenemos en este país, España, a saber, si casi fuimos atracados. La chica nos podría guiar hacia una zona donde hay gente esperando y nos atraca, a saber. Eso sí, desconfiar nos podría salvar la vida, pero como digo, al final no la llevé y se marchó. A saber.

«La gente hizo que, gracias a esas fechorías, desconfiemos y más a esas horas de la noche»

Por eso, señores, se acaba el buenismo y ser hospitalarios, y los ladrones aprovechan cualquier oportunidad para robar. Igual alguien diría que era una chica normal, pero ¿quién sabe? Igual, en el bolso llevaba una pistola y te adentra a su ruta. Al llegar, te están esperando gente y ella con una pistola. ¿Quién te garantiza la seguridad de que no pasará nada? ¿Y la policía? Están muy ocupados y desbordados de tanto vándalo. Cada vez peor.

Cada noche que voy a buscar a mi hija, la calle está llena de fauna, peligros y observadores para hincar el diente a alguien. El peligro está asegurado y, es más, los fines de semana ya ni os cuento cómo se pone la situación. No sé dónde vamos a llegar, pero está muy claro que no es nada bueno. Cuanta más chusma peor, menos trabajo y menos dinero en el bolsillo. Pues toca robar.

«La policía desbordada y los cacos haciendo el verano, el invierno y todo lo que tengan a mano»

Tengo amigos colombianos, venezolanos, cubanos, y me dicen siempre lo mismo. Me dicen que, como sigamos así, España será otro país igual que el suyo. Ya no por pobreza, es más por la seguridad —cosa que ya está ocurriendo— y si no lo frenamos, será peor. Sé que muchos padres sufren cuando sus hijos salen a la calle y más por la noche. Pero también sé que muchos se resignan y piensan que no pasará nada, pero evidentemente sabéis que, eso, es una lotería.

Hoy en día salir es una lotería, a cualquiera le puede ocurrir. Por eso puedo entender a esos padres que rehúsan que sus hijos salgan, pero algo así no se puede remediar. Los jóvenes no ven el peligro, son como los niños pequeños. Ya sabéis que donde esté el cuerpo, está el peligro. El riesgo 0 no existe. ¿Qué hacer? Pues la verdad, ni idea. El peligro está y los índices suben. Las familias sufren y, si les toca, aún peor.

«Salir, tener cuidado, evitar lugares solitarios y, sobre todo, tener el teléfono preparado para llamar a la policía»

Ya no solo sufrir un ataque, robo, etcétera. También violaciones, secuestro y más allá. Cada día más gente desaparece y los gobiernos mundiales no dan crédito. Un mundo como el que tenemos, la cantidad de gente que desaparece y no aparece, ¿dónde meten a tanta gente? Es curioso, pero ocurre. En fin, tener cuidado al salir, cuidado por dónde vais y transitáis, nunca se sabe. La noche es verdad que aún es peor, y a esos familiares, con sus hijos, no nos queda que apretar, rezar y tener fe de que nunca pase nada.

Saludos a todos y a seguir viendo el desenlace de la inseguridad ciudadana en España.

Miguel Ángel