La niñez, la juventud y la vida adulta hoy en día

Los años de joven, el tiempo de joven, cómo pasa la vida sin darnos cuenta y cuando estamos bien, nos pasan los años rapidísimos. Recordamos cuando somos jóvenes pensando en volver a serlo, pero eso, es difícil. Cada día que pasa es un reto, según qué edad. Lo notamos mucho cuando pasamos de los 20 años, pasan volando y si encima tenemos hijos, aún más rápido. ¡Qué buenos años de joven y qué divertida es la vida que —para mí— es agridulce! Como decía la canción de Marisol: “la vida es una tómbola”. O como decía la película Forrest Gump: “la vida es una caja de bombones que nunca sabes qué te va a tocar”. Cierto que, la vida es sencillamente una tómbola y una caja de bombones que nunca sabremos que no puede tocar o deparar la vida. Por eso de la importancia de vivir al máximo y el momento justo.
Hoy en día lo tenemos algo difícil porque el sistema lo hace difícil, pero, aun así, con pocas cosas, podemos llegar a ser felices. En vez de batallar es mejor reír y vivir en amor. Ciertamente, la vida es muy corta y frágil para estar apenados. Por eso de la importancia de la familia y la vida. Ya sabéis que, la vida, es totalmente un regalo. No todos llegan al final del camino y otros ni empiezan. Por ello, disfrutemos del momento. No nos queda otra que vivir al día y poco más. Sé que, muchas personas lo pasan mal y sobre todo viven pensando en mañana o en el pasado que, eso, los hace sufrir. Cuando tenemos una idea o un proyecto o algo que deseamos tener o llegar, también sufrimos. Lo mejor de todo, es vivir el momento —se llama el aquí y el ahora—, y si lo hacemos, viviremos mucho mejor. También, esos pensamientos que nos llegan a la cabeza, nos hacen sufrir y estresar, ¿para qué? Mejor tener la mente en blanco, sin pensamientos. Pueden llegar, pero tenemos que dejarlos pasar de nuestras cabezas; si lo hacemos, sufriremos menos.
«Cuando somos pequeños queremos ser grandes y cuando ya somos grandes, queremos volver a ser pequeños. Es normal que estas cosas ocurran. Cuando somos grandes tenemos que afrontar eventualidades que nos pueden quitar el sueño, pero de pequeños, la vida es mucho más fácil»
Es cierto que la vida siendo pequeños es más fácil y lo tenemos todo a mano. Los padres nos protegen y nos dan lo mejor que pueden, pero sí, cuando llegamos a la edad adulta y más allá, es más difícil sobrevivir. La vida realmente es complicada porque nosotros mismos lo hacemos posible. Aun así, es evidente que la vida es la vida, pero el sistema es lo que hace posible que todos pasemos por el castigo del control de masas. El sistema es el culpable y los poderosos detrás de las leyes para que todos, paguemos las consecuencias. Nadie está a salvo y nadie puede estar fuera del sistema —si lo hace, lo pasan francamente mal—, todo se mueve por el sistema. Es posible poder vivir al margen de todo, pero difícil sobrevivir y sobrellevarlo. Creo que pocas personas tienen el valor de vivir en la edad de piedra al margen de todo tipo de eventualidades del sistema. Incluso, la sanidad. O aprendemos a hacer las cosas como antaño, o morimos por el sistema. Por ello, cuando ya tenemos una edad, pensamos en volver a ser niños y disfrutar de la vida sin preocupaciones.
Imaginad vivir al margen de todo, vivir en una casa, en el monte, vivir lejos de todo y tener que sobrevivir de lo que te dé la tierra, medicinas naturales y más allá de la razón. No todos, como reitero, pueden sobrevivir y, rápidamente, en poco tiempo, volvería con las orejas bajas y el rabo entre las piernas hacia el sistema —volver a la cárcel del sistema—. Si volvemos, tendremos todo nuevamente, pero volvemos a estar sometidos en el mismo sistema. Por eso, el sentimiento de ser niños, esos recuerdos de la infancia, es abrumador, pero eso mismo también nos hace pensar y sufrir. Es duro, pero alguna vez en la vida nos vienen esos pensamientos y es, una alarma de añoranza, de estar y vivir tranquilos en paz y amor. Esto último, difícil. Conozco realmente gente que vive fuera de la ley, de su margen, del sistema, viven en caravanas, incluso sin tener un domicilio físico y poco controlable por el sistema y esos malditos impuestos. Sí, pero como reitero, al no cotizar y no hacer nada, no te entraría ni la sanidad gratuita que es la que tenemos en este país. Vivir libre es un peso que pocos soportarían. Tener lugar para sembrar y vivir, está bien, pero existen otras que necesitas del sistema o no, pero para ello, se tendría que estudiar —la medicina— y que, no te pase nada en temas de huesos o infecciones severas.
«Difícilmente vivir al margen de todo, es un peso que pocos serían capaces de hacer. Poco a poco, el sistema y las masas volverían a llamar a tu puerta para volver a estar sometidos. Creo que, desde que nos hacemos adultos, es cuando nos olvidamos de ser niños siempre. El sistema está bien pensado»
No sé qué tiene el sistema que somete al más pintado y para salir de él, podríamos decir que, tendría que ser una persona sin techo, como un vagabundo. Sin nada y sobrevivir de la nada e incluso, en montaña para estar aún más tranquilo. Eso sí, temas de salud serían un reto en toda regla y si no obtenemos cobertura sanitaria, igual, tenemos que abonarlo. En este último caso, no sé qué pasaría si no tienes dinero, pero creo que te tiene que dar asistencia sí o sí. Los sin techo creo que tienen y luego a saber qué pasa. Por lo demás, podríamos vivir duramente sin estar en el sistema viviendo de la tierra. Incluso, de lo que cosechemos, podríamos hacer trueque para sacar algo de dinero. Vamos, que, vivir como un vagabundo o un náufrago en una isla. ¿Seríais capaces? Yo pienso que se podría. Una vez que empezáramos, sobre todo, cuidarnos para no tener un problema de salud o fractura ósea. Si esto último nos pasara, sería muerte segura.
No hace muchos años que he llegado a ver chozas en la montaña con gente viviendo en ella. Tendederos con ropa tendida y haciendo vida. ¿Se les puede intervenir? Yo opino que sí, por eso cuando nos vamos a la montaña, es adentrarse bien dentro del bosque y no tan cerca. La policía, si nos ve, nos multaría y nos echarían del lugar. Pues sí, la gente, cuando tiene la soga al cuello, siempre, piensa en sus tiempos de niñez y la calidad de vida que se tenía, pero claro, esos tiempos ya no volverán. Ahora nos toca ocupar el lugar de nuestros padres y luchar cada día para sobrevivir en un sistema de locos. A mí me gustaría probar vivir como un nómada, pero no puedo por los hijos y la mujer, pero si estuviera solo, lo haría con gusto. Probar y decidir si o no seguir. Como digo, conozco chavales jóvenes y no tan jóvenes que lo están haciendo con una caravana y de momento dicen que bien. Vivir sin lujos.
“Vivir sin lujos y sin nada al margen de todo es un reto. Creo que este tema lo veremos más a menudo por la cantidad de impuestos imposibles de asumir. Es algo evidente”
Sigo creyendo que la gran mayoría pensará en el pasado y los buenos años, qué vicio e incluso, siendo muy jóvenes, sin preocupaciones. Sí, realmente es y será, pero los años dorados no volverán y tendremos que asumir, el día a día, la vida y el sistema podrido donde vivimos en la actualidad. La gente se está empezando a mover y pensando cambiar formas de vida. Así que, lo dejamos aquí y pronto más. Sin más, me despido.
Saludos a todos.
Miguel Ángel.
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