La información oculta por parte del pentágono

EL PENTÁGONO Y LA DESINFORMACIÓN QUE ALIMENTO EL MITO OVNI EN LOS ESTADOS UNIDOS
Una investigación reciente del Wall Street Journal revela que, durante décadas, el propio gobierno de Estados Unidos, a través del Pentágono, promovió deliberadamente desinformación sobre objetos voladores no identificados (OVNIs) para encubrir programas militares secretos, especialmente durante la Guerra Fría.
Todo comenzó en los años 80, cuando un coronel de la Fuerza Aérea difundió fotos falsificadas de supuestos platillos voladores cerca del Área 51. Su objetivo: desviar la atención de los verdaderos ensayos de aviones furtivos como el F-117. Esta táctica de engaño no fue aislada. Los investigadores descubrieron que el Pentágono mantuvo durante décadas una estrategia informal que permitió, y a veces impulsó, la proliferación de mitos OVNI entre el público.
Una oficina del Pentágono, creada por mandato del Congreso y liderada por el científico Sean Kirkpatrick, analizó estas prácticas. Su trabajo expuso episodios como un programa de “hazing” o novatadas, en el que altos mandos militares hacían creer a nuevos oficiales que existían programas secretos para estudiar tecnología alienígena. Muchos de ellos, engañados bajo estrictos acuerdos de confidencialidad, conservaron esas creencias durante décadas.
«La evidencia de que el Área 51 tiene información e incluso, material ovni, es evidente. Hoy por hoy, sigue tras la información sobre la temática. Nadie sabe si o no es cierto lo que se cuenta»
Uno de los casos investigados por esta oficina fue el del capitán Robert Salas, quien en 1967 presenció cómo un objeto brillante sobrevolaba una base de misiles nucleares en Montana, coincidiendo con la desactivación de los misiles. Aunque Salas creyó que fue una intervención alienígena, la investigación concluyó que se trataba de una prueba secreta de un generador electromagnético desarrollado por EE.UU. para simular un ataque nuclear.
A pesar de estas revelaciones, el informe público del Pentágono de 2024 omitió muchos de estos hallazgos para proteger programas clasificados y evitar escándalos internos. Esta falta de transparencia ha fortalecido las teorías conspirativas, incluso dentro del Congreso, donde algunos legisladores exigen mayor claridad sobre posibles programas de recuperación de tecnología extraterrestre.
El informe del Journal concluye que el mito OVNI en EE.UU. fue, en gran parte, alimentado por la misma institución que intentaba proteger sus secretos, y que hoy lidia con las consecuencias de una narrativa que escapó de su control. Una segunda parte del informe oficial se espera para finales de este año, donde se incluirían más detalles sobre estos actos de desinformación y bromas institucionalizadas.
FUENTE: Por Joel Schectman y Aruna Viswanatha – The Wall Street Journal (06/06/2025)
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