TRAUMA Y ABDUCCIONES ALIENÍGENAS

TRAUMA Y ABDUCCIONES ALIENÍGENAS: UNA LECTURA INTERDISCIPLINARIA DE LA OBRA “COMMUNION” DE WHITLEY STRIEBER
En el marco del congreso Science and Fiction: A Creative Exploration of Real and Fantastic Worlds, celebrado en el Institut d’Estudis Catalans (2015), la investigadora Jessica Aliaga Lavrijsen presentó un provocador estudio que entrelaza el análisis literario, los estudios del trauma y la fenomenología de las supuestas abducciones alienígenas, tomando como caso central el libro Communion: A True Story (1987) del escritor estadounidense Whitley Strieber.
El punto de partida de Aliaga es la ambigüedad genérica de los relatos de abducción: ¿son testimonios reales o parte del imaginario de la ciencia ficción? Según la autora, estas narrativas desafían las categorías tradicionales, ya que se ubican en un “espacio intermedio” donde lo testimonial y lo ficticio conviven de una forma que aún no podemos descifrar. El abordaje de estas historias no debería anclarse en una dicotomía rígida, sino en una lectura flexible que reconozca su valor como relatos de experiencias traumáticas y, al mismo tiempo, como metáforas culturales.
Whitley Strieber, conocido autor de ficción y no ficción, narra en Communion sus encuentros con lo que él denomina “visitantes”. La veracidad de su experiencia queda deliberadamente en suspenso, aunque él la percibe como real: no hay afirmación definitiva sobre si estos seres son extraterrestres, proyecciones mentales, o entidades interdimensionales. Lo que es indudable, sostiene Aliaga, es que la experiencia tuvo un fuerte impacto psicológico y emocional en su protagonista. El relato de Strieber se inscribe perfectamente en la teoría del trauma. Como explica Cathy Caruth, el trauma no se representa de forma lineal o consciente, sino que irrumpe de manera fragmentaria y repetitiva. La narración de Communion presenta precisamente estas características: recuerdos difusos, repeticiones obsesivas, imágenes bloqueadoras como la de un búho mirándolo a través de la ventana (memoria pantalla según Freud), y una estructura fragmentada que evidencia la disociación mental del narrador.
Uno de los puntos más polémicos abordados por Aliaga es el rol de la hipnosis en la recuperación de recuerdos de abducción. Autores como Roger Luckhurst y Ian Hacking han vinculado estas memorias con abusos reprimidos y con las técnicas de hipnosis utilizadas en los años 90. Sin embargo, Strieber y el psiquiatra John E. Mack —quien validó clínicamente el sufrimiento de los abducidos— insisten en que las memorias existían antes de la hipnosis y que esta solo ayudó a clarificarlas. Strieber afirma tajantemente: “Ha habido muchas burlas hacia las personas secuestradas por los visitantes. Se ha afirmado falsamente que sus recuerdos son efectos secundarios de la hipnosis. Eso no es cierto. La mayoría comenzó con recuerdos y usó la hipnosis para intentar una mayor recuperación”.
En Communion, Strieber describe un profundo estado de disociación, donde su conciencia se divide: “Whitley dejó de existir. […] Morí, y en mi lugar apareció un animal salvaje”. La experiencia lo desborda al punto de reducirlo a una criatura primitiva, mientras su “mente queda atrapada”, incapaz de reconciliarse con la realidad.
Este tipo de fragmentación psíquica ha sido ampliamente estudiado por psicólogos del trauma como Bessel van der Kolk, quien señala que cuando el cerebro no puede integrar una experiencia, esta se almacena como fragmentos sensoriales o estados afectivos, más que como recuerdos coherentes. La célebre obra de Strieber también rompe con las convenciones genéricas tradicionales. En Communion conviven estilos y formatos distintos: diarios personales, transcripciones médicas, reflexiones filosóficas y elementos propios de la narrativa de horror o ciencia ficción. Esto la convierte en un “caso límite”, concepto propuesto por Leigh Gilmore para definir textos que se sitúan en la frontera entre autobiografía, ficción, teoría y testimonio. Aliaga subraya que esta hibridez requiere un enfoque crítico flexible, que acepte la fluidez entre géneros y disciplinas. Solo así se puede hacer justicia a relatos que cuestionan las nociones de verdad, memoria y realidad.
Jessica Aliaga concluye que los relatos de abducción, como Communion, desafían nuestras concepciones del mundo y de la realidad. Ya sea que los consideremos testimonios verídicos o elaboraciones culturales, contienen un núcleo de experiencia traumática genuina que no puede ser pasada por alta tan a la ligera. Su lectura exige una apertura tanto emocional como epistemológica, ya que no importa si la ciencia no puede explicarlo todo, porque, tal y como afirma la estudiosa: “la imaginación aún puede soñar con lo inexplicable”.
Fuente: “TRAUMA STUDIES AND ALIEN ABDUCTIONS: WHITLEY STRIEBER’S COMMUNION, A CASE STUDY”, por Jessica Aliaga Lavrijsen (2015)
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