El Alfabeto de Metatrón

El Alfabeto de Metatrón
El Alfabeto de Metatrón, también conocido en algunas tradiciones esotéricas como el Alfabeto Celestial o Escritura de los Ángeles, es un sistema simbólico y místico atribuido al arcángel Metatrón, el escriba divino. En la tradición cabalística, Metatrón es considerado el más elevado de los ángeles, aquel que se sienta al lado del Trono de la Gloria y registra los actos del universo en el Libro de la Vida. Su alfabeto representa, por tanto, el lenguaje puro de la creación, anterior al hebreo y a toda manifestación humana del verbo.
Este alfabeto no es simplemente una serie de signos para la escritura, sino un código vibracional, una arquitectura de energía que conecta el plano espiritual con el material. Cada letra del Alfabeto de Metatrón encarna una frecuencia de la Luz Divina, una forma geométrica sagrada que manifiesta los principios de la emanación (Atzilut) y del Nombre Sagrado.
En los textos esotéricos posteriores al Sefer Raziel HaMalaj y las escuelas herméticas del Renacimiento, el Alfabeto de Metatrón aparece como una forma de lenguaje angélico utilizado para la invocación y comunicación con jerarquías superiores. Se dice que los profetas, como Henoc (quien fue transformado en Metatrón), recibieron este conocimiento directamente del mundo divino, cuando “la lengua de los hombres fue purificada en fuego”.
El estudiante cabalista contempla este alfabeto como un mapa de conciencia:
Cada signo representa una senda del Árbol de la Vida, un canal entre sefirot.
Las combinaciones de letras forman sellos o sigilos que activan corrientes de energía espiritual.
Su trazado geométrico está relacionado con la Cubo de Metatrón, símbolo del orden cósmico y la estructura de la Creación.
En la práctica meditativa, visualizar las letras del Alfabeto de Metatrón sirve para armonizar los mundos internos, elevar la mente hacia el nivel de Biná (la comprensión divina) y abrir el canal hacia la inspiración celestial. Cada letra es un portal, una chispa del fuego original del Verbo.
Así, el Alfabeto de Metatrón no debe entenderse como una escritura en el sentido común, sino como un lenguaje de luz, una revelación de la geometría sagrada del pensamiento divino. Quien contempla sus formas con pureza y devoción participa, aunque sea por un instante, del misterio eterno del Dabar Elohim, la Palabra de Dios que crea y sostiene todos los mundos.
Fuente: RRSS Facebook, 2025.
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