El Poder del Amor Verdadero: Un Encuentro Sobrenatural


1 de Noviembre: Día de los Difuntos

Finales de octubre del año 1999, un año más donde, pronto, llegaría el día 1 de noviembre y donde se brinda culto a los difuntos. Ese amor por el ser querido que se marchó en su día. Ya no está entre nosotros, pero vive en el corazón. Una historia de una mujer y un hijo que, con el paso de los años, siguen visitando la tumba de su marido y su padre. El amor que tenían sobre él, era algo más allá de los sentimientos. Un amor verdadero donde se dice que, cuando es puro, pueden pasar cosas extraordinarias. Se dice que el amor mueve montañas y, en esta historia, todo es posible.

Como dije, la mujer y su hijo perdieron a su pieza fundamental y principal de la familia, la cabeza de cartel. El amor roto por su marcha, por una enfermedad, se fue joven. El hijo pequeño tenía 10 años y siempre lo recuerda. Ellos, cada domingo de cada semana durante todo el año, van a ver al patriarca. Tanto ella como el pequeño, siempre les llevan flores, pasan un rato sentados en su tumba y le rezan o hablan con él como si estuviera vivo. Dando novedades del día a día. El pequeño, de todas sus proezas y crecimiento en la vida. Las buenas notas en el colegio y cómo cuida a su madre. La familia en sí, es y será algo que ellos aman.

“La vida y la muerte, antes o después, uno se puede marchar, pero el amor, perdura”

Un día de tantos, sobre el año 1999 de visita al cementerio, la madre le comentó al pequeño si quería ir a visitar a papá. Dijo que sí, y fueron hacia allí. Recogieron unas flores y fueron. A la llegada al lugar, vieron que aún no estaba abierto porque el dueño o quien cuida el cementerio se retrasó. Ellos esperaron sentados en un banco y el pequeño vio por unas de las partes del cementerio que estaba abierta al ojo, vio pasar a alguien de blanco muy parecido a su padre y asustado le comentó a su madre que vio a su padre. Ella, al escucharlo, empezó a llorar diciéndole a su hijo que eso no es posible y que ya sabía que, el su padre, había fallecido hace unos meses.

En eso que, estaban sentados enfrente del cementerio, se escuchó un ruido, como un clic, y la puerta del cementerio se abrió sola. Tanto la madre como el crío se quedaron con la boca abierta mirándose. Ella no sabía qué hacer, pero el pequeño sí. Fue hasta la puerta y entró. La madre lo llamó y al final acabó acompañando a su hijo. No había nadie, todo extraño y como era posible que la puerta se abriera, y el hijo dijo que, fue su padre quien lo hizo. La madre quedó sin aliento, pero siguió andando hacia la tumba de su marido. A la llegada al lugar, no había nada extraño, pero el pequeño no paró de dar vueltas por el lugar para ver si veía a ese hombre de blanco.

“La magia del amor y eventos sobrenaturales. Tanto la madre como el hijo, vieron cosas extraordinarias”

Es por eso que ella se sentó en el lugar y el hijo apareció diciendo que no vio a ese hombre de blanco parecido a su padre en todo el cementerio. ¿Cómo es posible que se abriera la puerta? —dijo el hijo. La madre no supo dar respuesta y se sentó al lado de ella. Conversaron rato sobre el asunto y apareció el que cuida el cementerio. El hombre les preguntó cómo entraron y, para disimular, la mujer le dijo que la puerta ya estaba abierta. El hombre no entendía cómo pudo ser, pero lo dejó estar y se fue a hacer sus quehaceres de mantenimiento. Pues bien, la mujer y el crío se quedaron más rato, hablando, sentados en la tumba del mejor hombre del mundo y pasaron algo extraño. Volvió a aparecer ese hombre de blanco por detrás de ellos. El hijo se dio cuenta y pegó un grito: —¡papá! —gritó. En eso, se fue hacia él y lo abrazó.

La mujer quedó petrificada con lágrimas en las mejillas. No podía quitar ojo a ese ser de blanco y el crío, abrazando sus piernas. Alguien que, claramente, era su marido y padre de su hijo. No entendía cómo era posible que eso pudiera ocurrir cuando, falleció. El ser de blanco era su marido realmente y venía a dar unos mensajes. Estaba claro que el amor verdadero lo puede todo. Fue tal la magia, que se pudo materializar y dar el mensaje a su esposa e hijo. Ricamente, durante el rato que duró el evento, fue abrumador y más, siendo el día 1 de noviembre el día de los difuntos. Una magia, un regalo y una tranquilidad para todos.

“La magia existe, el amor. Cuando llega a un extremo es cuando se forjan los milagros”

El padre se dirigió a su mujer y a su niño diciendo que está bien, que los ama. Le sabía mal estar en esa situación, pero que siempre estará con ellos. Sería la última vez que lo vean, pero no en sueños. La vida sigue y que el amor siga reinando como siempre. Él les comentó que los ama con locura y que siempre, así será. La mujer como el crío quedaron con la boca abierta mientras recibían el mensaje con lágrimas en las mejillas. El niño no quería que se fuera, pero el padre lo miró con ternura y le volvió a decir que siempre estará en su corazón, que lo amaría por siempre. El niño, que tras recibir ese mensaje, movía la cabeza afirmando y aceptando.

Tristemente, se tenía que marchar; la luz que desprendía fue abrumadora. Ellos sentados y el de pie hablando con esa seguridad y amor, fue algo, que poco se podría explicar. Estas cosas suelen pasar cuando el amor es puro y grande, ahí es cuando pueden ocurrir milagros. Aquí uno de ellos. Pues bien, tanto el hijo como la madre se despidieron, él les dio un beso a cada uno y el último a su esposa en la boca, donde la dejó plenamente feliz. Se alejó y se esfumó. Tanto el crío como la madre, quedaron maravillados y decidieron ir a casa a merendar felizmente —como si fuera una fiesta de alegría—. Ya cuando salían, el que vigilaba el cementerio comentó que quién era esa persona decidieron blanco en que brillaba paz y amor. La mujer respondió: «Alguien grande que es, y será, el mejor». Un amor incondicional que vivió y vive, en sus corazones. Y se marcharon.

¡Cuidado! Cuando el amor es grande e incondicional, podrían ocurrir muchos milagros. Gran historia de una familia con un amor inmenso en sus vidas y corazones. Sin más, me despido.

Miguel Ángel.

Únete a otros 209 suscriptores
Una única vez
Mensual
Anual

Haz una donación única

Haz una donación mensual

Haz una donación anual

Elige una cantidad

€5,00
€15,00
€100,00
€5,00
€15,00
€100,00
€5,00
€15,00
€100,00

O introduce una cantidad personalizada


Gracias por tu contribución.

Gracias por tu contribución.

Gracias por tu contribución.

DonarDonar mensualmenteDonar anualmente

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.