Greenstreet cuestiona The Age of Disclosure: Falta de evidencia


GREENSTREET CUESTIONA LA CREDIBILIDAD

UN DOCUMENTAL CON CERO EVIDENCIAS: GREENSTREET CUESTIONA LA CREDIBILIDAD DE “THE AGE OF DISCLOSURE”

El esperado documental The Age of Disclosure prometía ser el gran pilar de la llamada “nueva era de transparencia” sobre el fenómeno OVNI, pero tras su estreno muchas críticas se han focalizado en la falta de evidencias que respalden las afirmaciones extraordinarias que vierten los protagonistas en el metraje. El periodista estadounidense escéptico Steven Greenstreet, acusa directamente a la producción de basarse casi exclusivamente en testimonios no verificados y, en muchos casos, abiertamente inverosímiles. Tambien señala a los medios de comunicación mainstream por promocionar la película en la busqueda fácil de clickbait sin revelar «toda la verdad» sobre las presuntas afirmaciones extravagantes de sus protagonistas.
En una serie de publicaciones, Greenstreet se ha dedicado a exponer lo que considera las «afirmaciones más locas» hechas por las estrellas del documental, entre los que se encuentran, exfuncionarios del Pentágono, la CIA o el Congreso, dibujando un panorama muy distinto al de la narrativa de «divulgación» que el título de la película sugiere.

Para Greenstreet, Lue Elizondo, Uno de los rostros centrales de The Age of Disclosure es presentado durante años como el exjefe de un programa secreto del Pentágono dedicado a los OVNIS. Aunque el periodista recuerda que el propio Departamento de Defensa ha desmentido repetidamente que Elizondo tuviera ese cargo.

Greenstreet también subraya algunos de los relatos más controvertidos del exfuncionario: Asegura que ovnis vivieron dentro de su casa durante años, sin aportar jamás una sola foto. Alega haber usado “poderes psíquicos” para transformarse en un ángel que torturó a un prisionero durante una operación. Sostiene que los seres detrás del fenómeno podrían ser ángeles o demonios. El episodio más reciente, y para Greenstreet, más bochornoso, ocurrió en mayo de 2025, cuando Elizondo presentó una fotografía falsa de un ovni a miembros del Congreso en una reunión donde sus aliados pedían 1.000 millones de dólares en fondos públicos para programas relacionados con la caza de extraterrestres.
El segundo de su lista es Jay Stratton otro protagonista del documental y vinculado a investigaciones oficiales sobre fenómenos anómalos, aparece con un repertorio de experiencias que Greenstreet califica directa y llanamente de “paranormales”: Asegura que un hombre lobo rondó su jardín. Afirma que un poltergeist lo poseyó en el polémico Skinwalker Ranch, y luego lo siguió hasta su hogar en Maryland. Describe su casa como un escenario recurrente de sombras malignas y “orbes”. Relata que una sombra de un árbol lo paralizó, desencadenando la visión de un enorme fantasma.
Defiende la autenticidad de un video de supuestos ovnis triangulares alrededor de buques de la Marina, que en realidad eran estrellas fuera de foco.
Para Greenstreet, el ex alto cargo de la Marina Tim Gallaudet aporta otro conjunto de afirmaciones sin evidencia tangible: Dice vivir en una casa habitada por espíritus procedentes “del otro lado”. Sostiene que su hija es una médium capaz de comunicarse con estas entidades. Asegura haber grabado “micro-ovnis fantasmales” dentro de su propio domicilio, aunque nunca mostró el video. Insiste en que naves extraterrestres habitan dentro de los océanos terrestres.
Mención especial para el físico Eric Davis consultor gubernamental vinculado a proyectos de investigación avanzada: Afirma que en la Tierra operan cuatro especies alienígenas: reptilianos, grises, nórdicos e insectoides. Relata que durante investigaciones en Skinwalker Ranch escuchó una voz telepática que decía “Los estamos observando”. Asegura que fenómenos paranormales del rancho lo persiguieron hasta su casa. Defiende la conexión entre poltergeists y ovnis como parte de un mismo fenómeno. Y llega a respaldar la posibilidad de viajar por agujeros de gusano para visitar dinosaurios o doblar cucharas con la mente, teoría incluida en un polémico documento financiado con dinero público.
Otro de sus blancos es el veterano investigador Hal Puthoff, figura de peso en programas financiados por el Pentágono, y que también ocupa un espacio privilegiado en el documental. Greenstreet recuerda que Puthoff: Afirma poseer capacidades psíquicas. Plantea que algunos ovnis podrían ser descendientes de Atlantis, ocultos en la Tierra con tecnología avanzada. Alcanzó el Nivel Thetan VII en la Iglesia de la Cienciología. Y defendió durante años los presuntos poderes sobrenaturales de Uri Geller, ampliamente desacreditados por magos profesionales y científicos.
Los políticos no se escapan de su crítica. El congresista republicano Tim Burchett, habitual en debates sobre ovnis, también aporta declaraciones que Greenstreet considera problemáticas: Sugiere que los ovnis tienen una naturaleza religiosa o espiritual. Afirma que Satán intenta frenar la divulgación. Cree en bases submarinas alienígenas.Sostiene que los extraterrestres podrían convertir humanos en carbón. Y asegura tener fotografías secretas de platillos voladores guardadas en su teléfono.
El exoficial de la CIA Jim Semivan relata en el documental experiencias que Greenstreet describe como “increíbles incluso dentro del género”: Dice que extraterrestres viven entre nosotros. Asegura haber sido visitado en su hogar por entidades que se parecían al muñeco de Michelin. Afirma que su esposa tenía un implante alienígena en la cara. Describe a estos seres como bromistas, mentirosos, pero portadores de mensajes profundos. Señala haber vivido abundantes fenómenos poltergeist en su casa.
El militar retirado Karl Nell sostiene en el documental que: Los alienígenas ya están aquí. Están interactuando activamente con humanos. La divulgación completa del fenómeno debería ocurrir antes de 2030. Y advierte que, si no sucede, las consecuencias podrían ser “catastróficas para la humanidad”.
Greenstreet remata sus críticas recordando el papel del actual secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, quien hace dos años calificó a varios de los denunciantes ovni como posiblemente “locos” y acusó al Gobierno de dejarse arrastrar en “una cacería de fantasmas”. Aun así, Rubio acepta aparecer en el documental, decisión que, según Greenstreet, podría terminar persiguiéndolo políticamente.

Para Steven Greenstreet The Age of Disclosure es un documental que se apoya casi exclusivamente en testimonios sin evidencia, historias paranormales personales y teorías extraordinarias que no han sido corroboradas por ninguna investigación oficial. Tal y como ha indicado el problema no radica en la especulación, sino en la mezcla deliberada de una narrativa no verfificada con la legitimidad institucional que ofrecen los cargos gubernamentales de sus protagonistas. Un cóctel explosivo que, según él, no acerca al público a la verdad, sino que lo sumerge en un espectáculo sensacionalista carente de profundidad más allá de los intereses y creencias personales de los diferentes denunciantes.

Sea cual sea el impacto del documental, la advertencia de Greenstreet es clara: si la “era de la divulgación” depende de relatos como estos, la transparencia queda relegada a un segundo plano frente al espectáculo y el mito.

Fuente: RRSS. José Antonio Caravaca. 2025.

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