EL VIAJE ASTRAL :
EL VIAJE ASTRAL-EL PLANO ASTRAL,EXPERIENCIAS-BUHLMAN,EL FEC Y EL VIAJE ASTRAL-USTED Y LA PROYECCION ASTRAL (DENNING)
EL VIAJE ASTRAL (enviado por Alejandra Hernandez de Lezcano)
Desde la antigüedad, el hombre ha intentado definir un extraño
fenómeno, del que casi todas las culturas nos hablan, pero del que
aún hoy día, apenas conocemos su proceso. Este fenómeno es conocido
como «Viaje Astral», desdoblamiento astral, proyección astral o
también EEAC (Experiencias Exterior Al Cuerpo, o extra corpórea).
Ya en el antiguo Egipto, se representaba dicho fenómeno como a un
pájaro, el cual poseía un rostro humano, y al que llamaban «Ba». Pero
no sólo en el antiguo Egipto se hacia referencia al fenómeno del
viaje astral, ya que en antiguos escritos hindúes ( upanisad ), o
pasajes religiosos de la biblia cristiana, como en Eclesiastés 12,
podemos encontrar claras referencias al viaje astral.
Muchas culturas antiguas, incorporaron el fenómeno del viaje astral
en sus creencias religiosas, y hasta la biblia cristiana, en el nuevo
testamento, lo describe en la «transfiguración de Jesús». O como en
el caso de los «Chamanes» de la estepa siberiana, los «Naguales» de
México o los «Jíbaros» de la selva amazónica, donde estos viajes
al «mundo de los espiritus», son realizados con fines terapéuticos o
de clarividencia.
¿QUÉ ES EL VIAJE ASTRAL?
A este respecto, tendríamos que referirnos a las descripciones
realizadas por los parapsicólogos e investigadores científicos del
tema, por un lado, y a las descripciones realizadas por los
entendidos esoteristas, del otro, ya que mientras los primeros
intentan descubrir el mecanismo físico y psíquico que lo produce,
desde el punto de vista esotérico adquiere una dimensión de tipo
espiritual.
Así desde el punto de vista científico, existen infinidad de
investigadores que ya desde el siglo XIX, han dedicado sus estudios y
esfuerzos en conseguir descubrir una metodología que explicase y
demostrase el fenómeno del viaje astral, llegándose a una definición
generalmente aceptada y que vendría a ser una descripción similar a
la siguiente.
» El Viaje Astral, se produce cuando el cuerpo astral o sutil, se
separa del cuerpo físico, sin que para ello sea necesaria una
intervención del cuerpo emotivo ni mediación del cuerpo mental, si
bien el estado mental se hace necesario para su
interpretación».
La situación descrita, de hecho es similar a lo que se produciría
cuando una persona muere, ya que existen muchos casos de personas que
han sufrido una situación de «muerte clínica», es decir, que han
permanecido muertas clínicamente durante algunos minutos, y al tomar
de nuevo la consciencia han manifestado este tipo de experiencias,
donde se han visto elevados por encima de su cuerpo físico, a la vez
que podían ver y oír todo lo que ocurría a su alrededor.
No obstante, no es necesario llegar a un estado de muerte clínica o
pre-muerte para poder experimentar un viaje astral, de hecho el viaje
astral se produce de forma natural en todos y cada uno de nosotros
durante el sueño, aunque en este caso se produce de forma
inconsciente.
Pero el viaje astral o proyección astral, también puede realizarse de
forma consciente y controlada, a este respecto, existen personas que
incluso lo llegan a experimentar de forma espontánea, estando incluso
completamente despiertas y sin que exista un deseo expreso de
realizarlo. Paradójicamente, existen personas que pese a proponérselo
e intentarlo por diversos medios, lo único que consiguen es realizar
una «proyección mental», algo que no debemos confundir con el viaje
astral, ya que mientras que el viaje astral es libre, es decir, no
existe ningún control mental donde la mente o cuerpo mental pueda
tomar ninguna iniciativa, la proyección mental es inducida o
provocada, dirigida hacia objetivos bien claros y definidos, algo que
en principio, quedaba reservado a maestros espirituales, yoguis,
místicos y chamanes.
Cuando se produce una proyección mental, el cuerpo astral es dirigido
hacia lugares muy específicos de la simbología humana, donde los
miedos, prejuicios, preceptos religiosos y todo aquello que la mente
humana tiene asumido como conceptos morales, adquieren un significado
que puede condicionar la existencia física del individuo, ya que el
cuerpo o estado mental permanecerá siempre junto al cuerpo físico,
por lo que en la proyección mental, el cuerpo físico quedará a merced
de los deseos del estado mental.
Esta característica de la proyección mental, es la que hace que sea
utilizada junto con el viaje astral, por los chamanes y personajes
similares, a fin de conseguir un beneficio físico, psíquico, médico,
anímico o material para la persona, ya que al ser originada desde la
mente física, sus efectos pueden revertir sobre el plano físico o
material, mientras que en el viaje astral, el cuerpo sutil o astral
se mantendrá conectado con el cuerpo físico sólo a través de
un «cordón de plata» y hasta llegado el momento del regreso al cuerpo
fisico o el momento de la muerte.
Desde el punto de vista de la parapsicología, el viaje astral es
considerado como el camino que nos posibilita conectar la vida física
con el más allá, pero que sin embargo, no podrá interferir en los
aspectos de la vida física, al no posibilitarnos adquirir los
conocimientos que pudiesen existir en el plano astral de forma
consciente, es decir, con la intervención del cuerpo mental, de ahí
que sea a través de la proyección mental como se obtengan los
recursos adecuados a nuestras necesidades.
Desde el punto de vista esotérico, el viaje astral o desdoblamiento
astral, puede ser interpretado como una bilocación y adquiere un
concepto totalmente místico y espiritual, donde el fenómeno es
utilizado con fines altruistas o de elevación espiritual, ya que en
este caso, el desdoblamiento o bilocación, consistiría en la facultad
de proyectarse fuera del cuerpo, pudiendo estar en dos lugares a la
vez y en un mismo espacio de tiempo. Tal es el caso de muchos
místicos religiosos, donde a través de la historia, podemos comprobar
como han proyectado su cuerpo en dos lugares a la vez, llegando
incluso a ser visualizados físicamente. Uno de los casos mejor
documentados es el de Santa Agueda, que podía proyectar su cuerpo
desde el convento de Segovia, donde se hallaba enclaustrada, y
aparecer en México, con el fin de evangelizar a los indígenas,
llegando a hacerles entrega física de los rosarios que habían sido
custodiados en el convento, o el caso de Saint Josep Oriol, que era
capaz de estar en dos iglesias de Barcelona dando misa a la vez, así
como en la cercana ciudad de Mataró.
Para que se pueda considerar la experiencia como una bilocación, será
imprescindible que el sujeto en cuestión, sea proyectado dentro del
mismo espacio-tiempo, ya que si la proyección se produjera dentro de
otro espacio-tiempo, por ejemplo, vernos en las pirámides de Gizeh en
el antiguo Egipto, estaríamos hablando de un viaje astral.
Como conclusión, diremos que será un viaje astral cuando éste se
realiza de forma totalmente independiente del cuerpo mental, ya que
una experiencia mística o espiritual, estaría condicionada por
nuestros aspectos morales y religiosos, afectando al plano físico.
¿QUÉ OCURRE CUANDO SE REALIZA
UN VIAJE ASTRAL ?
En primer lugar, cuando realizamos un viaje astral de forma
consciente, es decir, fuera del sueño, lo que se experimenta es la
separación del cuerpo astral, dejando al cuerpo físico totalmente
inerte, con apenas una ligera percepción de las constantes vitales,
aunque su estado pueda confundirse con el del profundo sueño.
Durante el viaje astral, podrán darse diferentes condiciones que
pueden ser interpretadas de acuerdo con la conciencia del individuo,
es decir, podrá realizar un tipo determinado de concentración, el
cual resultará necesario, aunque nunca sea imprescindible. También
será posible mantener la conciencia de lo que ocurra alrededor del
cuerpo físico, aunque de igual manera que lo anteriormente
mencionado, no es imprescindible que así ocurra.
Cuando se produce la separación de los cuerpos astrales y físico, la
sensación percibida podrá variar de unos a otros individuos, si bien
existen determinados tipos de sensaciones que invariablemente se
producen.
Así tendríamos que una de las más frecuentes, es la que se identifica
con la sensación de mareo, producido por la sensación de cierto
movimiento o vaivén, aunque también podría ser a causa de una
sensación de auto-giro, similar al que se experimenta en las
atracciones de feria.
En cambio existe una sensación inevitable en todos los casos, nos
referimos a la sensación de elevación, siendo ésta de diferentes
formas.
La sensación de elevación puede producirse a través de ponernos de
pie, de cabeza, o en algún caso de forma total, es decir, ascendiendo
como en un globo aerostático.
Una vez se ha producido la separación del cuerpo astral y sentimos la
elevación, lo primero que observamos es nuestro propio cuerpo físico,
ya sea postrado en la cama, o en cualquier otra posición que hayamos
adoptado antes del viaje astral, así como el entorno donde se
encuentre ubicado.
Esta visión resultará totalmente real, tal como se pueden observar en
el plano físico, e incluso con mucha más vivacidad de colores,
ofreciendo un aspecto de mayor realidad si cabe.
Después de una primera observación del entorno, el cuerpo astral
procederá a experimentar nuevas sensaciones, como atravesar muros y
puertas sin el menor esfuerzo, para a continuación, salir disparado
hacia los confines del universo, o adentrarse en un espacio-tiempo
distinto del que corresponde al plano físico, todo ello sin que medie
el control mental.
COMO REALIZAR UN VIAJE ASTRAL
Existen diversas formas de realizar un viaje astral, pero debemos de
diferenciar las realizadas de forma involuntaria durante el sueño, de
las que se realizan de forma consciente, mediante una determinada
preparación.
Así tendremos que en el viaje astral de forma consciente, a su vez se
utilizan diferentes técnicas, protocolos o medios de acceso. Tal es
el caso de los entendidos del tema, ya sean hindúes, practiquen Yoga,
o sean chamanes.
En el caso más conocido de los chamanes de México, o los indios
Jíbaros de la selva del Amazonas , se suele utilizar un determinado
tipo de drogas alucinógenas, compuestas en su mayoría por plantas
tales como el peyote o la ayahuasca.
A través de la ingestión de estas plantas, así como una determinada
preparación psicológica y física, el chamán puede realizar el viaje
astral de forma controlada, algo que como hemos visto anteriormente
no es lo habitual, ya que en este caso, lo que se consigue es una
proyección del cuerpo mental, dentro del plano astral,
posibilitándole modificar u obtener, la simbología y beneficios, que
a través del plano astral, puede aplicar al plano físico, por medio
de curaciones y visiones del más allá.
Esta metodología está reservada a las personas iniciadas en dichos
temas, pues requiere del conocimiento del uso de dichas plantas, así
como de la preparación adecuada a nivel físico y psicológico.
En contra de lo que algunos autores indican, el viaje astral a través
del uso de plantas alucinógenas como el peyote o la ayahuasca, no
entraña ningún riesgo físico ni psicológico, estando limitado su uso
solamente a las personas que por motivos de enfermedad cardiovascular
o deficiencias psíquicas, pueden ser objeto de contraindicación, es
decir, que dicho peligro estaría representado sólo por la enfermedad
en sí, de las personas que la padecen.
Pero para realizar un viaje astral de forma consciente, existen
también otros métodos que no suponen ninguna complicada preparación
ni ingesta de drogas. A este respecto, vamos a detallar la técnica
que usualmente se viene desarrollando por los más eminentes
investigadores y expertos del tema, conocida como técnica Monroe, por
ser Robert Monroe, un investigador estadounidense de lo paranormal,
quien la descubrió en el año 1.958 de manera fortuita, al intentar
solucionar problemas de insomnio.
De acuerdo con la técnica de Monroe, cualquier persona que lo desee
puede realizar un viaje astral, o EECA ( experiencia exterior al
cuerpo, o experiencia extracorporal ) siguiendo los pasos que vamos a
enumerar.
Como premisa, aclarar que el sujeto tiene que estar decidido a
llevarla a cabo, y realizar tantas prácticas o intentos como sea
necesario, ya que no siempre se consigue al primer intento.
Para proceder a realizar al viaje astral, vamos a precisar de un
lugar adecuado donde llevarlo a cabo. Para ello necesitamos una
habitación donde exista un ambiente cálido, y con luz tenue u oscura.
Es conveniente llevar ropas cómodas y ligeras, o si la temperatura
ambiente lo permite, incluso desnudos.
No llevar encima joyas, ni objetos metálicos.
Una vez comprobadas las anteriores condiciones, se procederá a
iniciar el viaje en sí, teniendo en cuenta las indicaciones
siguientes:
Estirarse sobre una cama o lugar cómodo, que no sea ni demasiado
duro, ni demasiado blando, con la espalda hacia abajo ( en posición
supino ), y la cabeza orientada hacia el norte.
Una vez la persona está cómodamente estirada, procederá a relajarse
totalmente, para lo cual es aconsejable realizar algún ejercicio de
relajación a través de la respiración ( un sistema muy sencillo,
consiste en inspirar lenta, pero profundamente, y de forma rítmica,
hasta llenar en primer lugar el abdomen, luego se continuará hasta
llenar los pulmones, para a continuación y después de esperar unos
segundos, espirar por la boca de forma continua, pero pausada todo el
aire, y esperar unos segundos antes de volver a realizar el
proceso ). Lo importante es estar en completa relajación, así que si
el ejercicio de la respiración provoca una distracción, es mejor
respirar de la manera que nos sea más cómoda.
Una vez que se ha llegado a un estado de total relajación, se
procederá a concentrarse en una imagen simple, sin complicaciones, a
fin de poder conciliar el sueño. Cuando se alcanza el estado
de «duermevela» ( ese momento en que no sabemos exactamente si
estamos despiertos o no ), deberemos de relajarnos profundamente, y
sentir que podemos sumergirnos de lleno en la oscuridad que nos
envuelve.
Cuando estamos dispuestos para iniciar el viaje, se producen una
serie de vibraciones alrededor del cuerpo, que será la señal de que
estamos preparados. Para lograr percibir estas vibraciones, deberemos
de concentrarnos en un punto imaginario, el cual se encuentre situado
a unos treinta centímetros de nuestro cuerpo. Después y poco a poco,
este punto deberá de ir extendiéndose a una distancia de dos metros y
dibujar una línea paralela hasta nuestro cuerpo. Cuando hayamos
conseguido este enfoque del plano, deberíamos de empezar a sentir las
vibraciones, siendo guiadas por todo el cuerpo, desde los pies a la
cabeza. Cuando sintamos dichas vibraciones en el interior de nuestra
cabeza, será el indicativo de que ya estamos listos para emprender el
viaje.
A fín de conseguir abandonar el cuerpo físico, deberemos de
concentrarnos en la idea del placer que representaría poder flotar,
con lo que conseguiremos que en unos instantes el cuerpo empiece a
flotar.
Una vez notemos como el cuerpo astral está flotando, el viaje habrá
comenzado, pudiendo realizar todas las actividades que anteriormente
hemos comentado.
Para regresar al cuerpo físico, solo es necesario concentrarse en la
sensación de fusión con el cuerpo, aunque algunos autores indican que
simplemente con desearlo es suficiente, o incluso en el hipotético
caso de que no resultase, bastaría con juntar los dedos pulgar,
indice y corazón para regresar de forma inmediata.
Para acabar de reseñar las técnicas del viaje astral, decir que como
es lógico, cada cual puede añadir algún truco o mejora que le
facilite el viaje, así por ejemplo, hay quien consigue una mayor
relajación después de darse una ducha de agua caliente y acostarse
sin ropa. También se puede acomodar el lugar de reposo de forma que
no se oigan ruidos, ni se vean luces que puedan molestar.
Es aconsejable repetirnos mentalmente que vamos a llevar a cabo el
viaje astral, de manera que vaya fluyendo sutilmente en la mente,
pero sin llegar a obsesionarnos.
También es aconsejable llevar un cuaderno o diario donde podamos ir
anotando todo lo que sentimos, incluyendo aquello que no funciona,
con el fin de conocer dónde está el fallo.
Si hemos sido capaces de llegar hasta el desdoblamiento astral,
empezará una serie de experiencias que en algunos casos puede ser
confundida con la muerte.
Así por ejemplo, hay quien afirma que al realizar las primeras
experiencias de proyección astral, se suele viajar o volar hacia el
cielo, llegando incluso a llevarnos hasta otros planetas, aunque en
estos casos se manifiesta una preferencia por lo que se conoce
como «canales astrales». La definición de dichos canales vendría a
ser como una especie de túneles, los cuales pueden ser oscuros o
poseer diferentes colores, donde absorbe al cuerpo astral, elevándolo
hasta los diferentes planos astrales y dependiendo de su forma,
rectilínea o sinuosa, permitirán una rápida ascensión o cambio de
dirección hacia otras dimensiones.
Una vez se ha traspasado algunos de dichos canales, quienes así lo
han experimentado, dicen ver una especie de cielo de color azul,
donde llegan a contactar con seres celestiales, o incluso con
personas conocidas ya fallecidas. Esta experiencia se correspondería
con lo narrado por aquellas personas que han sufrido una E.C.M. (
Experiencia cercana a la muerte).
Una cuestión que siempre ha preocupado a quienes deseaban tener un
viaje astral, es saber si existe algún tipo de riesgo o peligro, por
el hecho de llevarlo a cabo, o si podía ocurrir que se quedasen en el
plano astral bloqueados o colgados. Pues bien, en este sentido no hay
constancia de que nadie haya sufrido ningún percance, y si alguna vez
alguien se queda en el plano astral, será porque ha llegado la hora
de su muerte, única situación en que se rompería el «cordón de plata»
que une al cuerpo astral con el físico.
La realización del viaje astral no afecta ni perjudica el estado de
las neuronas, ni altera el equilibrio psíquico emocional, ya que el
viaje astral no posee las cualidades de una droga, ni por tanto crea
dependencia. Sólo se recomienda no realizarlo a aquellas personas que
ya estuviesen afectadas por una enfermedad psíquica o de tipo
cardiovascular, por lo que representaría percibir nuevas sensaciones
que alterarían su ritmo cardiaco. Incluso si la experiencia extra-
corpórea se realizase mediante alucinógenos naturales como el peyote
o la ayahuasca, el sujeto no se vería afectado ni físicamente ni
psicológicamente, a menos que su uso fuera incorrecto, al desconocer
el procedimiento y lo que conseguiría seria una intoxicación y
dependiendo del consumo, incluso la dependencia de la droga.
Cuando el viaje astral es realizado de forma correcta, no tiene la
menor contraindicación para las personas sanas, ya que incluso puede
servir de ayuda y corregir determinados problemas e inconvenientes o
incluso curar enfermedades.
Otro aspecto que se presta a confusión, es el relativo a los
chamanes, ya que generalmente se cree que todos los chamanes utilizan
las plantas alucinógenas ( hongo sagrado, peyote, hayahuasca ), para
conseguir realizar el viaje astral, o como muchos dicen, viajar al
mundo de los espíritus. Esto solo ocurre con los chamanes de América,
naguales, brujos, hechiceros o los indios Jíbaros, ya que el chamán
originario de la estepa siberiana, lugar de donde originariamente
procede la palabra Chamán, no las utiliza para realizar los viajes
astrales o viajar al mundo de los espíritus, ya que su preparación se
basa en ejercicios físicos y psíquicos ( repicar de tambores,
sonidos, cánticos, oraciones, etc. ), aunque en algunos casos
utilizan hongos y algún extracto de alcohol.
Un tópico sobre el viaje astral que suele suscitar interés es el que
hace referencia al » Cordón de Plata». Lo que se viene en
llamar «Cordón de Plata», es una conexión que genera nuestro cuerpo
mental de forma inconsciente o involuntaria, destinado a mantener en
contacto y unido el cuerpo astral con el físico, sirviendo además de
control en el mantenimiento del ritmo cardiaco, mientras dure la
experiencia extra-corporal. Aunque no es imprescindible para realizar
el viaje astral, ya que siempre se vuelve al cuerpo físico ( a
excepción de cuando morimos ), es recomendable utilizarlo, aunque
sólo sea para proporcionar cierta seguridad.
INVESTIGACIONES SOBRE LAS
EXPERIENCIAS EXTRA CORPOREAS
Uno de los mayores expertos mundiales en el estudio de los «Viajes
Astrales» es el Dr. Waldo Viera, fundador del Instituto Internacional
de Proyecciología y Concienciología en Iguazú (Brasil), con sedes en
diversos países, entre los que se encuentra España.
El Dr. Viera inició sus investigaciones a través de sus propias
experiencias, para posteriormente dedicar por completo su vida al
estudio de los llamados viajes astrales, llegando a manifestar lo
siguiente:
«Todo el mundo realiza viajes astrales cada noche, pero la mayoría no
lo sabe. Estadísticamente el 89% de las personas no recuerda lo que
sucede durante el sueño, que es un estado alterado de conciencia
donde se pierde un cuarto o tercio de la vida. Pero si el cuerpo
necesita dormir, la conciencia no.»
Cuando se le pregunta por lo que ocurre al producirse una experiencia
extra-corporal, el Dr. Viera responde:
«Cuando se está fuera del cuerpo, los prejuicios y convenciones
quedan atrás y se descubre que lo realmente importante es lo que cada
uno hace con su propia evolución. Cuando uno sale fuera del cuerpo
mantiene su lucidez, es consciente, incluso a veces hay una expansión
de la conciencia que nos hace más inteligentes».
Así mismo Viera manifiesta que el mundo astral «es la verdadera
tierra natal de cada uno, de donde procede y a donde volverá. Allí se
encuentran millones de otras consciencias, agrupadas por afinidades
en miles de grupos evolutivos, y también los evolucionólogos, seres
con una conciencia más evolucionada que son los mentores de cada
grupo evolutivo».
El Dr.Viera está convencido de que en el mundo astral se encuentran
las conciencias extra-físicas de quienes han sido seres humanos, por
lo que mientras se realiza el viaje astral sería posible recordar
vidas pasadas, «pero sin ninguna inducción, ni hipnosis, ni
sugerencia».
EL PLANO ASTRAL-EXPERIENCIAS :
El asunto es muy largo y no irá el tema muy ordenado, porque tengo que explicarlo desde mi vivencia particular, pero espero les sirva a todos los interesados.
Sobre la presencia de astrales, psicofonías y recepciones psicotelevisadas, tengo algunas sugerencias que hacer, ya que la razón de mi dedicación de por vida al esoterismo, ha sido justamente el tener desarrollada la vista astral en forma congénita. Una auténtica desgracia que he podido revertir gracias a unas cuantas personas amorosas e inteligentes.
Francamente me he relacionado mucho más, siempre, con el plano astral que con el físico, pero no porque fuese ese mi deseo personal, ya que desde niño viví un auténtico tormento, desde el momento en que pedí a mi maestra del primer grado escolar, «los colores de afuera, los que se mueven». Pedía colores que corresponden al aurea mental o al astral, pero mi pedido fue tomado con alarma, y tras llamar a mis padres comenzó el calvario. Más de treinta médicos, además de curas (con dos circo-exorcismos) y curanderos, psicólogos y psiquiatras, y cuanto personaje raro pasara cerca, fueron consultados. Cada uno dió su opinión irresponsable y ridícula, desde su ignorancia y deshonestidad personal, tras recibir el pago pecuniario correspondiente, salvo un médico honesto y decente que dijo «no sé qué es lo que el chico ve, pero para él es normal, y el miedo que le están metiendo es lo único malo». Este Doctor fue el único que empezó con un «no sé». Pero fue para mi mente ya desesperada, un verdadero bálsamo.
No obstante todo ésto, tenía cierto consuelo. Los gatos, -que me madre odiaba- a mi me encantaban, porque algunos (no todos) jugaban con seres que sólo están en el astral. O huyen de algunas personas que andan en el astral, o se revuelven molestos cuando hay ciertas especies de tormentas en que mucha basura astral aparece en forma de nubes (eso que llaman «efluvia»).
A los nueve años un ingeniero analista de materiales, compañero de trabajo de mi padre, dió por fin en la tecla: Me hizo pruebas con una serie de aparatos ópticos, para concluir en que lo que veo simplemente es materia y luz en frecuencias más altas que lo que ve el ojo normal. Ya había aceptado hacía tiempo mi condición de «loco», pero ésto aclaraba todo el asunto y se acababa la desesperación y temor de mis padres. Para mi era un gran alivio la confirmación de no ser un enviado divino como decían algunos, ni un emisario del demonio como decían otros (especialmente los curas y gente con arquetipos católicos).
A los trece años, gracias a Hugo Prattisoli -mi primer profesor de parapsicología-, pude aprender a dominar la vista astral y reducir el foco de consciencia visual, para ver en el limitadísimo espectro de la vista «normal». Siento que en muchos aspecto he vivido al revés. Pero tengo las mismas necesidades de búsqueda y comprensión del Universo que cualquier investigador, porque el hecho de ver el astral me ha causado más confusiones que aclaraciones. Las aclaraciones han surgido de compatibilizar trabajos de muchos parapsicólogos y científicos varios, para ir teniendo una idea clara de los fenómenos. Algo que me resultó de extrema ayuda, ha sido la tabla vibracional proporcionada por la Orden Rosacruz, la cual he podido completar algo más.
Esto que explicaré ahora seguramente será de extrema importancia para los captadores de espectros y cazafantasmas varios:
1) Es necesario comprender que en el astral, al igual que en el plano físico, hay SERES y COSAS. Entre las «cosas» exiten infinidad de cuerpos de seres humanos, animales y plantas, pero que no son «seres» sino sus remanentes energéticos. Menos del uno por mil de lo que se ve en astral, son seres conscientes.
2) Podríamos (cuidado con ésto) decir que entonce la mayor parte de los espectros son inofensivos, como una especie de grabación, un trasto energético sin vida propia, que a lo sumo puede asustar a quienes no conocen bien las cosas. Es cierto que en tales espectros no existe una «intencionalidad» específica de hacernos algo; pero… El problema radica en que ciertos astrales -la mayoría de los astrales humanos que no se han disuelto, ni el Ser ha vuelto a encernar con el mismo astral- se hallan en ese limbo, muy «cercanos» vibratorialmente a nosotros, debido a sus estructuras psicológicas, que perviven formando al astral en si mismo. Digamos que ese cuerpo astral, que no se ha disuelto ni su dueño ha podido reabsorber en el plano del Alma, no es otra cosa que un cúmulo de distorsiones psicológicas: miedos, odios, envidias, celos, vicios, aferramiento psíquico a objetos y personas… Una verdadera lacra.
3) Estos astrales jamás pueden hacernos daño alguno cuando: a) No tenemos vicios, miedos u odios afines, que les permitan adherirse a nuestro propio cuerpo astral. b) Conocemos algunos elementos como los que proporcionan las Yogas de cada raza para mantenernos aislados de todo contacto astral no buscado o deseado (la Runa Sieg, en el caso de la Raza Blanca y el Set-Chi en la yoga tibetana). c) Cuando nos mantenemos en armonía o estamos en constante «autovigilancia emocional».
4) Jamás debemos confiar en lo que nos comuniquen seres astrales, tengan la apariencia que tengan. Si un elemento astral me dice cien cosas que ciertamente puedo comprobar, ello no me da la pauta de que sea «seguro» lo que me dirá en un momento u otro. Puede hacerme caer en una trampa muy peligrosa y difícil de advertir.
Si suele ser peligroso confiar en personas encarnadas, a las que podemos reprender de alguna manera porque tienen un cuerpo físico con todas sus limitaciones, imagínense cuánto puede uno confiarse a una entidad que puede, si es un SER consciente en el astral, tomar cualquier forma, y luego no podemos hallarle para reclamarle nada. Y aunque le hallemos, combatirlo es algo bien diferente a «quemar» a un astral sin vida propia.
5) Pueden haber algunos casos en que un Ser que se halla en el astral nos de una ayuda en un caso extremo, tal como me ha ocurrido unas cuantas veces, pero son casos excepcionales de advertencia de peligro, en los cuales no tenía nada que perder si confiaba. Algunas veces, fueron engaños y burlas, pero en otras cuatro ocasiones me salvaron la vida. No obstante, no se debe contraer ningún compromiso con un astral, aunque aparezca con la imagen del mismísimo Jesús de Nazaret (menos aún si encierra arquetipos religiosos).
6) Hay otras percepciones «más cercanas», que no son ni astrales propiamente dichos, ni Seres desencarnados y con su cuerpo astral. Se trata de las «grabaciones askásicas». Cualquier imagen puede provenir del Registro Askásico, ya que éste es la grabación magnética propia del Planeta, y allí hay de todo. La mayoría de las psicofonías son captaciones de este plano virtual. Los sonidos y la luz (imágenes) quedan registradas en el Infinitum, es decir en una grabación magnética que se va deshaciendo lentamente, codíficandose casi hasta el infinito en frecuencias más altas y sutiles cada vez. El Logos Planetario luego recicla toda esa energía, pero aquellas grabaciones que contienen una gran carga emocional, tienden a permanecer mucho más tiempo que las simples imágenes lumínicas. Por eso es más fácil registrar una psicofonía que una psicografía.
7) Para diferenciar entre una grabación askásica (también llamada imagen psicométrica), de una entidad astral, hay muchas dificultades. Es casi imposible para quien no tenga sentidos astrales desarrollados. En algunos lugares donde he recurrido en ayuda de habitantes desesperados, la vista astral no me ha podido facilitar la diferenciación, porque hay vórtices magnéticos que modifican el espectro vibracional normal de las imágenes psicométricas, al punto de hacerlas visibles para mi. En un ambiente normal, no me es posible verlas con la vista astral, sino con la psicométrica propiamente dicha. Cuando las cosas se confunden a tal punto, los astrales propiamente dichos son casi invisibles, y me he sentido vulnerable en tales ocasiones. Ya demasiado difícil suele ser diferenciar a los astrales sin vida propia, de una persona recientemente desencarnada.
8) Los únicos que a la vista astral son inconfundibles, son los que están durmiendo y salen con su cuerpo astral. Muchas personas lo hacen, incluso muchos cada noche, pero muy pocos lo hacen conscientemente. Entre estos últimos, hay dos grupos: Los que salen conscientes y registran la vivencia en la memoria cerebral, y los que toman consciencia en astral, hacen lo que deben (o lo que no deben), pero en la vida consciente no tienen ni idea de su «doble vida». Algunos de estos viajeros astrales suelen burlarse muy habilidosamente de los cazafantasmas; aunque eso conlleva ciertos riesgos para tales personas carentes de ética.
Los viajes astrales conscientes y las pirámides: Son un tema muy importante, y no están tan lejos de ser logrado por la mayoría de las personas. No hay que confundir «viaje astral» con «oniria». La oniria es un sueño inducido, autoinducido o provocado por actividades de la mente en su funcionamiento subconsciente. La relación existente entre el uso de la pirámide y los viajes astrales, es que la mente, cuando se deja el cuerpo dentro de la pirámide, funciona mejor debido a la mayor actividad actividad cerebral y la estabilidad de sus ritmos. Supongo que se debe a que la pirámide perfecta tiene un campo magnético saturado de neutrinos. La sutilización de un campo magnético saturado de neutrinos -no se exactamente porqué razón- regulariza los ritmos biológicos (y ésto es una comprobación práctica). Y a tal punto los regula, que las células responden mejor en todas sus funciones. No creo que se daba a un único motivo, sino a los varios factores que contribuyen a la Armónía Cósmica. Pero volviendo al punto que interesa a muchos piramidólogos, en la pirámide es más fácil reconocer la diferencia entre una oniria y un viaje astral, porque el cerebro está más activo, es decir más despierto.
Aún cuando dormimos, y descansamos profundamente -tanto el físico como la mente-, la consciencia dentro de un campo piramidal es diferente. Si no tienes una pirámide, puedes igualmente hacer algunas pruebas para ver la diferencia, que consiste en los siguiente: Durante el sueño, la consciencia despierta o semidespierta, está «viendo una película». Pero si la consciencia está dormida, cualquier viviencia -astral, onírica, física real (como ir dormido en un autobús-) puede ser modificada de infinitas maneras.
Pero durante el viaje astral consciente, tenemos tres factores claros:
1) Estamos conscientes y podemos razonar (aunque muy lentamente si no estamos dentro de una pirámide, o tenemos pocos años de práctica).
2) Estamos fuera del cuerpo físico.
3) Somos protagonistas, estamos allí. Lo que vemos es real, aunque algunas cosas son sólo astrales y otras son físicas, con sus correspondientes radiaciones magnéticas y/o astrales (en el caso de los seres vivos, como personas, plantas, animales).
Durante un sueño consciente tenemos también tres factores, pero he aquí la diferencia:
1) Estamos conscientes y no podemos razonar (aunque podemos hacer elecciones).
2) No estamos fuera del cuerpo aunque nos parezca estarlo y dudemos. Estamos viendo el desarrollo de una «película» y seamos o no protagonistas, podemos cambiar las circunstancias que no nos gusten; modificar el «argumento».
3) Aunque nos parezca ser protagonistas, como tenemos consciencia, a pesar de no poder razonar objetivamente, nos damos cuenta que todo ocurre en nuestro interior.
El GRAN FACTOR COMÚN, es la consciencia. Para salir astralmente y saber cuando estamos o no en astral, sin tener demasiado conocimiento de ésto, es mejor usar la técnica que detallo a continuación. Nunca se debe salir en astral «por la fuerza», sino que las primeras veinte o treinta salidas deben ser espontáneas, tomando consciencia -despertándonos- cuando ya estamos fuera del cuerpo físico. El modo es el siguiente:
a) Condicionar la mente, programándola para tomar consciencia cada dos horas. Ocurre que los viajes astrales que hacen incoscientemente la mayoría de las personas, ocurre unas dos horas después de dormirse, pero además es un tiempo medio adecuado como disciplina. Para ésto debes tener una disciplina y constancia, durante días, semanas o -raramente- meses, dependiendo de cada persona y sus propios ritmos biológicos. Se procede de modo muy simple: Cada dos horas, durante el día, debes tomarte uno o dos minutos para hacerte estas preguntas:
¿QUIÉN SOY? La respuesta es tu nombre, tu condición, tu sentido de SER tú mismo.
¿DÓNDE ESTOY? Te respondes mentalmente ubicando el lugar en que te encuentras, la zona geográfica, etc. Luego…
¿QUÉ HAGO AQUÍ? Te respondes objetivamente las actividades que realizas en ese lugar o el objetivo que te ha llevado allí.
¿NO ESTARÉ EN ASTRAL O SOÑANDO?. Te planteas seriamente la posibilidad de que te halles en astral, o que estés soñando. Una vez que has instalado esa «duda» en tu mente, te estiras un dedo, luego das un pequeño salto, como para sentir la gravedad terrestre. ¿no pasa nada?. Ningún problema. Continúa con lo mismo cada dos horas (es conveniente hacerse una disciplina mental o tener un reloj con alarma programada para dos horas). Cuando te acuestas, continúa la preparación.
b) Tener el cuerpo físico y la mente profundamente relajados (no es necesario extremar la comodidad, porque el físico es muy «vicioso» de la comodidad.) La comodidad que tenemos para dormir es más que suficiente para salir en astral.
c) No tener ruidos ni personas que nos molesten. En las primeras salidas, ésto puede resultar muy peligroso.
Tras algunos días o unas semanas de esta práctica, la mayoría de las personas reconocen la diferencia entre el sueño, del cual toman consciencia, o el viaje astral que están haciendo. Si te sigo diciendo lo que sigue, puede que te condicione un poco, y luego «sueñes que estás en astral», aunque finalmente, la práctica aclara las cosas. Si descubres el resto por tì mismo, no cabrán dudas.
Así que si sigues las indicaciones que te doy, al pie de la letra, no dudes que el viaje astral será para tí una realidad. Cabe destacar que a medida que se ejercita ésto, y se repite la disciplina constantemente, el viaje astral se hará más fácil, y los ritmos se acelerarán bastante, de modo que luego saldrás en astral del modo que te programes hacerlo, y tendrás «consciencia onírica».
Siempre descansarás profundamente, mientras que no haya nada que te haga sufrir. Para quien tiene consciencia onírica, no hay pesadillas, porque las ves como una película, sabiendo que se trata de una película, cuyo argumento modificas a voluntad, a la vez que entiendes la motivación o necesidad psicológica que la produce.
Aclaro que para todo ésto, no es necesaria la pirámide. En todo caso, la pirámide es un útil, que facilita mucho las cosas, pero de ningún modo es imprescindible. Vendo pirámides a escala, pero prefiero «tirar piedras sobre mi tejado» antes que violar una pauta ética. Repito: la pirámide es un útil, como es la casa. Pero mi cuerpo es mi «verdadera casa».
Recomiendo no hacer estas prácticas ni buscar tomar consciencia astral a las personas muy miedosas. Aunque en el astral «casi» no hay cosas que puedan herirnos o perjudicarnos, primero hay que eliminar el miedo psicológico, porque hay en ese plano, cosas maravillosamente bellas como terriblemente feas. Y hay que estar por encima de las reacciones que nos produzcan, porque no siempre es posible mantenernos en astral, apenas sobre el plano vibracional físico. Eso se logra con la práctica, y allí si que la cosa es útil, porque podemos ver cosas que no ven los ojos físicos, y podemos ir a lugares en que no puede entrar el cuerpo de carne, aunque hay unas cuántas limitaciones para los principiantes o para los que no estamos en práctica constante, porque lo que ves en el astral, tanto puede ser una proyección astral (no mental), o un objeto material con su correspondiente campo magnético. Otra advertencia: Es muy útil la experiencia astral (imprescindible diría yo), pero el camino evolutivo del Ser no queda allí. Cualquier duda, no dejes de preguntar en la lista askasis-alta@elistas.net .
Algunas personas creen que el cuerpo astral se les va por ahí, pero no es así. El cuerpo astral jamás «va solo» a ninguna parte. Eres tú -TU CONSCIENCIA- quien va con el cuerpo astral, dejando el físico. Hay mucha gente andando en astral casi todas las noches, sin enterararse nunca. Nada de lo que hagas en astral con otra persona, de modo espontáneo puede perjudicarte ni a tí ni al otro, salvo que se usaran conscientemente determinados conocimientos, que aún así, no es tan fácil usar.
Lo que explico de ejercitarse en desarrollar la Conciencia Onírica (es decir que estés consciente durante cualquier proceso de la consciencia cerebral), es lo mejor que puedes hacer para que no te quepan dudas sobre si sueñas o andas en astral.
Cuando yo tuve mi primera novia «oficial», le expliqué que yo salía en astral y podía visitarla, así que durante algo más de dos años iba a su dormitorio, tras conseguir que me lo autorizara verbalmente. Ella nunca me vió, pero solía sentirme. No tiene nada de raro ni de otro mundo.
Cuando nos aventuramos en el mundo astral, sentimos muchos miedos (incluso una de mis primeras experiencias me asustó tanto que estuve varios meses decidido a no salir nunca más) pero cuando superamos eso estaremos en condiciones de superar muchas otras cosas, porque no debemos olvidar que el cuerpo astral es el cuerpo de las emociones, y al sentirnos fuera de la coraza física, surgen los miedos en la absoluta desnudez del astral. Nuestro cuerpo físico absorbe las vibraciones emocionales del entorno, protegiéndonos hasta cierto punto de ellas, y además nuestro cuerpo mental hace también lo propio con una buena parte del espectro vibratorio.
Pero al salir en astral, nos hallamos desnudos antes el océano de vibraciones emocionales, y si permanecemos en él es porque tenemos suficiente «Vraja» (susbstancia astral altamente cohesionada) como para que la «piel» astral nos proteja del exterior. Este «Vraja» es de color rojo, más intenso mientras más invulnerable. Se forma automáticamente en el astral (digamos que es un producto de las «glándulas» astrales, aunque éstas son los mismos ganglios linfáticos, que funcionan en todos los planos) pero la susbtancia básica para ello es la misma que para casi todos los cuerpos sutiles: La Energía Kundalini.
Quienes no hacen tantra, pocas posibilidades tienen de salir en astral, aunque lo hagan a veces, (incluso conscientemente) pero ocurre que en cualquier caso, lo hacen -como yo mismo durante muchos años- en condiciones muy peligrosas. Tenía suficiente consciencia y conocimientos en el astral, porque siempre fue visible para mi, pero no tenía la «invulnerabilidad» que da el Vraja rojo. Hoy, a ocho años de haber comenzado la vida tántrica definitivamente, más la poderosa actividad de las Runas como práctica casi cotidiana, puedo decir que lo único vulnerable en mi, es el cuerpo físico. Porque en astral puedo desafiar a un ejército entero de brujos y pueden venir los mil demonios del infierno de las proyecciones monstruosas, o el mismísimo Demiurgo (¡Ojalá apareciera ante mi ese hijuep…!!) En fin, que si te tomas el trabajito de comenzar vivir bajo las tres reglas mágicas, tu vida será muy feliz y libre. Recuerda: Tantra yoga, Runas, y sobre todo, Meditación, que es autoobservación, autovigilancia, para «pillarte teniendo miedo» y eliminar ese mal bicho.
Sobre el tema particular del astral, afortunadamente no me ocurre lo mismo que con la cuestión fisico-matemática de las «dimensiones espaciales y espaciotemporales». Al tema del astral lo conozco empírica, histórica, personal, científica, matemática y físicamente, y no sólo como algo «observado», sino vivenciado durante mis 42 abriles, con intensidad visual, tactil, olfativa y -sólo por tres días- auditiva. No supe «ajustar» el desarrollo auditivo y ello se convirtió en una tortura brutal. Si debiera elegir entre las torturas de una prisión satánica o quedarme para siempre con el oído astral funcionando… Sin duda elijo lo primero.
Lo peor es que escuchas cuando la gente «piensa en voz alta», porque el oído astral se relaciona con la telepatía auditiva, y uno oye lo que la gente reproduce en su pantalla mental, con palabras, sus pensamientos.
Si hubiera podido regular el sentido, para cerrarlo o abrirlo a voluntad, hubiese contado con una extraordinaria herramienta. Mucho la deseaba en un tiempo, pero como decíamos días atrás, lo que desees debe pasar por un análisis de conveniencia muy cuidadoso.
El astral es simplemente materia magnética. Una persona de ochenta kilos tiene un astral de 2,7 gramos. Los fantasmas o cascarones astrales no tienen energía vital, de modo que pesan muchísimo menos. Pero tienen algún peso. Se corta fácilmente el astral con cualquier cosa filosa de plata o de acero de triple templado. No se quema ni se hiela. Pero las ondas vibracionales de las explosiones atómicas lo desintegran más que al físico.
Sería largo detallar todo sobre el astral, pero se trata de materia que está en esta misma dimensión espacio-temporal, aunque el Pithecantropus mercatori haya perdido su capacidad de percepción astral por involución biológica (especialmente por atrofia de la pineal, precisamente).
Cuando se está completamente consciente en astral, fuera del cuerpo físico, el tiempo transcurre idénticamente a lo normal, con sus «estiramientos» si lo pasas mal y con sus «encogimientos» cuando lo pasas bien. Ciertamente es materia muchísimo más maleable que cualquier otra, porque una consciencia puede, por proyección mental, darle la forma que quiera. Pero aglomerar materia astral ya es otro tema. Se puede, pero me costó mucho hacer, por ejemplo, un «Tulpa», que es una imagen astral -como un holograma- que puede verlo cualquier persona, aunque no tenga vista astral. Aparte del laburo que lleva, tiene sus peligros. Especialmente para los demás.
O sea, que te digo como conocedor claro del asunto, que el astral sólo es una «dimensión vibratoria»… Materia magnética con diverso grado de cohesión y una buena cantidad de variables dinámicas. Pero nada más.
Los contenidos de los cassettes musicales, están en una dimensión vibratoria que no llega ni a la milésima de la vibración astral más baja. Está en el espectro electromagnético. Pero una persona que esté en astral, o un cascarón, puede emitir un «sonido astral» que se imprima en un cassette, porque sus sonidos se corresponden con esa frecuencia.
Así interactúan todas la «dimensiones vibratorias», y hay que tener en cuenta que nosotros mismos tenemos un cuerpo físico, uno mental, uno astral, un Huevo Aurico y una Chispa Divinal, así que abarcamos todo el espectro vibracional universal.
Esto me hace suponer que es posible que no hayan «otras dimensiones» físicas, sino que todo el Universo puede estar en tres dimensiones, pero con un espectro vibratorio infinito. Lógicamente que para la consciencia, ubicada en diferentes estados vibratorios, parecerán «otras dimensiones». Pero en esa «otra dimensión», los cuerpos sólo tienen tres dimensiones reales.
Suponer la existencia de seres bidimensionales (y tengo hasta poderosos motivos para asegurar que existen) puede ser como suponer que cuando yo no estoy en mi habitación, mil demonios hacen de todo allí, y uno se queda de «campana», para avisar cuando estoy volviendo. Y en tres segundos acomodaron todo tal cual estaba…
O sea que «imaginar» que pueden haber seres conscientes cómodamente en un punto ( o siendo un punto), o en una línea (o siendo una línea), no significa en absoluto que eso sea así. Y si yo puedo percibir en tres dimensiones, ¿cómo es posible que no pueda percibir a los monodimensionales o bidimensionales?. Sería como haber aprendido a sacar raíz cuadrada pero a costa de olvidar cómo se resta o suma…
EL astral es material. Se trata de una materia más fácilmente maleable porque es atómicamente más estable que la material «mental». Lo que capta la cámara «Kirliam» es la primera capa electromagnética, y es radiante. Es activa; los destellos se mueven, las manchas también, se forman corpúsculos de diversos colores, especies de burbujas, serpentinas rojizas o verdes, y espiroides amarillos, verdes y anaranjados. Los fondos del áurea Kirliam suelen variar entre el azul oscuro, el celeste, el rojo y el bordó. Por encima de ese fondo, se producen todos los demás fenómenos dinámicos. En cambio en el astral, lo que tenemos es una materia más parecida a la goma o al látex que al áurea eléctromagnética Kirliam.
También el astral es electromagnetismo, pero en una frecuencia muchísimo más alta. Alquímicamente, la materia astral es «agua» y su comportamiento es análogo a este elemento. La mente, en cambio es «fuego». Y así puede verse hasta en la foto Kirliam. Aún no existe forma técnica de fotografiar el astral, pero sí existe la posibilidad de verlo con auxilio de cierta substancia llamada «diciadina» o «dicianina». Fue desarrollada hace unos treinta años, y colocada como un gel entre dos cristales. La NASA la prohibió y canceló los experimentos con ella, con el pretexto de ser «radiactiva». Los químicos de ese nido de infamia lograron desarrollarla, pero parece que ya la han fabricado otros investigadores.
Hay muchas personas con diciadina natural en sus ojos, pero muy pocas con el centro cerebral correspondiente, despierto.
En resumidas cuentas, el astral es tan material como la memoria mental. Ésta última es tan material como que es electromagnética también, al igual que la memoria de un ordenador.
El astral es de tales características vibratorias que puede contener y procesar un tipo de información mucho más sutil y «causal», como son las emociones, los sentimientos. El cuerpo mental y el astral interactúan formando asociaciones complejas que llamamos «evocaciones»:
«Recuerdo el coche gris de mi padre, los días lluviosos y grises como el coche, eran los únicos en que mi padre me llevaba al colegio. Los demás días -casi todos- debía caminar algo más de un kilómetro. Sólo podía sentir que tenía un padre cuando amanecía con el cielo encapotado… Ahora está a punto de llover allí afuera. Aquí adentro también, incluso ya caen gotas sobre el teclado… y me parece oír a mi padre. Su alta figura, su presencia protectora… Cuando se fue, no perdí sólo a mi padre, sino también a mi mejor amigo.»
Podéis haber reproducido en vuestra mente una «escenificación» mental de lo anterior, pero para mi ha sido, al escribirlo, una «evocación» auténtica, compuesta básicamente de «recuerdos de emociones», descriptas a través de la envoltura de imágenes mentales. Nuestras emociones y sentimientos están codificados en la materia astral, tal como las imágenes y conceptos del raciocinio en el cuerpo mental. También hay en el astral un resumen de la memoria mental, pero mientras el mental puede «razonar», el astral sólo puede «optar».
MAS COMENTARIOS:
Creo que lo más productivo es intentar ir a un lugar definido. La utilidad práctica se extrae cuando aprendemos a navegar en astral, con un rumbo y motivos definidos. No está mal «explorar», pero aún así, es mejor hacerlo sabiendo por donde andamos, en especial cuando se está aprendiendo, porque pueden comprobarse muchas cosas.
He subido en astral hasta una altura que calculo en 20.000 metros, y es a-co-jo-nan-te. Allí ya es muy difícil seguir hacia arriba. Te tienes que guiar por la vista para «navegar» en astral, y no cuentas con instrumentos auxiliares.
COMO CONTROLAR LA VISTA Y LA VELOCIDAD: Es cierto que se tiene una vista panorámica, pero no es que sea como de 360 grados. El control de la vista astral es espontáneo, pero en algunos lugares hay que esforzarse para ver bien, porque no se sabe si se está ante un elemento astral o de densidad tactíl.
Pero girarse en astral es algo tan instantáneo que casi equivale a tener vista panorámica, salvo que se esté (como me sucedía antes) condicionado mentalmente a un ángulo visual físico. En las proyecciones de la Consciencia a través del Ajna (Tercer Ojo), la vista ciertamente es «esférica», pero no lo he seguido haciendo porque además de cansarme mucho, requiere un entrenamiento constante y no es posible procesar cerebralmente la cantidad fabulosa de información que se percibe. Una vez que se vuelve la Consciencia al cuerpo, recién se procesa lo visto y oído. Desconozco si las proyecciones del Ajna pueden perfeccionarse al punto de sentir olores, etc., cosa que sí he hecho en el astral: sentir olores, degustar comidas (especialmente las anteras de las flores como la madreselva).
Al principio (digamos que en las primera diez o veinta salidas) yo no podía controlar la velocidad, de modo que no sabía ni dónde estaba. Mientras más consciente, más iba regulando ese factor, hasta aprender que hay que «caminar rápido», para desplazarse, y poco a poco se aprende a desplazarse sin perder de vista el paisaje. Luego se aprende a volar, pero eso cuesta bastante más, por lo general. Creo que tiene que ver con el peso corporal físico. Cuando comencé a engordar, me costaba cada vez más volar. Actualmente, como peso algo más de cien kilos y estoy poco entrenado (salgo consciente en ocasiones muy especiales), me cuesta hacerlo.
No cuesta nada hacerse una masturbación mental pseudo-astral. En los casos que he investigado de estas personas (más de una docena) en realidad es fácil demostrar que no salen en astral ni a mear.
¿Como saber entonces que es lo real? ¿Como discernir entre lo real y lo no-real? Muy fácil: Aprendes a ir a un lugar donde no hayas estado, pero que sea cercano, como para poder comprobarlo en cuerpo físico. Tras varias comprobaciones, aprendes a diferenciar un viaje astral de una oniria en la que supuestamente estás en astral. Así todo, en la época en que estaba bien entrenado, debía esforzar la consciencia un poco, para asegurarme -si el asunto era importante- que estaba en astral, y no «soñando que estoy en astral». Pero la práctica hace al oficio.
Hay que tener en cuenta que TODO TIENE REALIDAD, incluso esas masturbaciones mentales que hacen los dicen relajarse e ir a otros planetas. Son una película cereada por la propia mente. El problema es saber qué cosa es tal o cual, y cuál efecto proviene de cual causa. Esa película mental, si la hacemos conscientemente de que se trata de una «ONIRIA», puede servirnos en algùn momento.
Se entiende por ONIRIA al sueño muy agradable y placentero (lo contrario de PESADILLA), pero esotéricamente se llama así a los sueños autoinducidos, con cierto leve grado de consciencia, y a las «imaginaciones infantiles».
Lo malo es creer que estamos viviendo realmente una experiencia astral si no lo es.
Cuando te estires los dedos o des un salto, notarás que no es normal lo que ocurre (no conviene decir más, para no condicionar la mente a un efecto determinado; cada uno lo comprueba por si mismo y ya está). Entonces ya sabes que no estás en estado de real vigilia, es decir, despierto y andando en el físico. Allí te cabe la duda de si estás en astral o estás soñando, pero para eso hay que hacer las «comprobaciones geográficas», y tratar de mantenerse en astral, pero lo más cercanamente posible al plano material. Cuando se pasa a los subplanos del astral y se pierde de vista la materia, es prácticamente inservible la experiencia. Allí es cuando tienes a la gente que parece estar trabajando o manejando cosas «invisibles». Esas cosas están en realidad, en la mente de la persona o en subplanos del astral. En todo caso, es trabajo inútil y hay una pérdida de energía psíquica que los «vampiros» aprovechan. Los vampiros éstos, son por lo general, personas que han muerto y aprendieron a sobrevivir en astral. Tarde o temprano, también se les pudre el astral, pero mientras tanto, joden a los que salen inconscientemente.
Algunas personas preguntan: ¿Nosotros somos los que lo hacemos real?
La realidad es independiente de nosotros. En nosotros está la capacidad de diferenciar los tipos de realidad. La realidad de estar en astral, la realidad de estar haciendo una proyección de la consciencia, o la realidad de estar proyectando una película sobre la pantalla mental.
CUIDADO CON ÉSTO: En el astral hay sexo. El problema es que no siendo el plano natural de manifestación de la sexualidad, prácticamente todo es perversión o fácilmente pervertible. Con mi esposa hemos hecho el Amor (con sexo y todo) en astral, y luego nos hemos ido despertando para hacerlo en el físico con una atraccíón extraordinaria, pero de no ser así, (además a modo tántrico), lo más recomendable es evitar el sexo en el astral. Las poluciones nocturnas son auspiciadas muchas veces por los vampiros, que luego se alimentan del semen o los líquidos vaginales orgásmicos de las personas encarnadas. La mayor parte del vampirismo es sexual.
La discriminación en el astral es muchísimo más necesaria aún que en lo físico, especialmente cuando se está aprendiendo. No es igual interactuar en astral con los muertos que con los dormidos, o con vivos y conscientes. No es igual encontrarse en el astral con el vecino que ni sabe lo que hace, que con una bruja que sale en astral a enfermar a alguien. Hay muy pocas, pero las hay.
EXTRAIDO DE LA WEB DE ASKASIS.
BUHLMAN,EL FEC Y EL VIAJE ASTRAL :
(F.E.C ES FENOMENO EXTRACORPORAL O VIAJE ASTRAL)
Entrevista con William Buhlman
William Buhlman es el primer experto norteamericano en la enseñanza y práctica de experiencias extracorpóreas conscientes. Sus declaraciones, siempre polémicas, provocan estupor. No obstante es el primer investigador que está aplicando a este campo otros métodos de trabajo, y hay que informar de ello…
William Buhlman ha escrito dos libros excelentes sobre experiencias extracorpóreas titulados Adventures Beyond the Body y The Secrets of the Soul. Ha participado en numerosos programas de radio y televisión y, durante más de una década, ha dirigido cientos de seminarios de iniciación en esta materia con la ayuda de determinadas técnicas.
En su segundo libro, Buhlman publicó la información que obtuvo de una encuesta realizada a lo largo de ocho años con 16.000 testimonios de 34 países.
La misma mostró que, a pesar de las diferencias étnicas, culturales y socioeconómicas de los testigos, los aspectos básicos de la experiencia extracorpórea eran fundamentalmente los mismos. Si esta fuera una alucinación, tales similitudes no existirían.
Entrevisté a Buhlman para un documental de la televisión norteamericana dedicado a explorar si hay vida desde de la muerte. Y Buhlman dijo: “Las experiencias extracorpóreas no sólo expanden tu conciencia, sino que ayudan a verificar la existencia del alma”. Y desde la perspectiva de que hay vida después de la muerte afirmó que “la muerte es la experiencia extracorpórea suprema”.
¿Cuándo tuvo su primera experiencia extracorpórea?
En 1972. Se produjo a raíz de aprender una técnica que me permitió “autoiniciarme”. Cuando estaba a punto de dormirme me imaginaba visitando la casa de mi madre todas las noches durante tres semanas.
Transcurrido ese tiempo ocurrió algo extraño. Me encontré en una cama frente a la pared y al extender el brazo éste la atravesó. Pude sentir la materia a medida que mi mano la traspasaba.
En ese momento pensé en ponerme de pie y a renglón seguido me vi levantado a los pies de la cama mirando mi cuerpo. Entonces reparé en que aquello era posible. Un nuevo despertar se produjo en ese instante al comprender que continuamos viviendo fuera del cuerpo y tenemos el potencial de explorar más allá de nuestros límites físicos.
Eso cambiaba mucho las cosas. Mi paradigma de la existencia viró radicalmente; a partir de ahí me interesé en serio por el tema y empecé a explorarlo a fondo.
* EXTRAIDO DE WEB DE REVISTAS Año Cero y Enigmas.
Fuente: Enigmas
Autor: Tim Coleman
Usted y la Proyección Astral (Denning)
Ya hemos visto que la forma humana para que la consciencia sepa de algo que
está sucediendo fuera de ella misma es a través de un vehículo de alguna especie.
Hemos visto que en su estado usual la consciencia tiene tres vehículos:
• •El cuerpo físico,
• •El astrosoma, o cuerpo astral,
• •El noemasoma, o cuerpo mental.
También hemos visto que en la vida normal de los seres humanos (y en este
libro SOLAMENTE nos interesa lo que es normal, NO estamos interesados en nada
«supra-normal» o adaptable sólo para semidioses o místicos altamente
desarrollados) el medio por el que la mente consciente se entera de lo que sucede
fuera de ella, es su vehículo astral y normalmente, al mismo tiempo (al menos,
despierto) por medio de su vehículo físico.
El astrosoma, sin embargo, está menos limitado. El astrosoma tiene su propio
conocimiento en su propio nivel, lo sepa o no la mente racional. Verdaderamente, la
mente racional puede ser y a menudo lo es informada después de algo que ya ha
sido hecho en privado por el astrosoma, con o sin confabulación por el cuerpo
físico. Eso explica claramente muchas situaciones cuando el astrosoma insiste en
expresar una emoción que la mente racional no suele permitir, y los resultados
pueden ser muy divertidos o muy embarazosos, según las circunstancias. En cuanto
al estado de sueño, esta acción independiente del nivel astral se caracteriza por el
subsecuente recuerdo de un sueño que contiene una cierta cantidad de materia-
sujeto viva y objetiva, pero no hay evidencia de nada más que una guía emocional
-probablemente también una mezcla de guía casi física con imágenes
aparentemente fantásticas o simbólicas. Esta evidencia del sueño indica que el
astrosoma no sólo puede actuar independientemente del noemasoma, sino también
puede tener experiencias fuera del cuerpo independientemente de éste. Esto nos
lleva de nuevo a la pregunta que dejamos sin responder al final del capítulo
anterior: ¿Qué es lo que se proyecta?
Lo que sale del cuerpo físico no es -no mientras dure la vida terrena todo el
astrosoma, la totalidad del cuerpo astral. Si se expulsa la totalidad del cuerpo astral
significa la muerte: como en algunos casos de sustos repentinos y extremos (como
el de la sacudida de una bomba) en los que los cuerpos no han mostrado señal
alguna de causa física que les produjese la muerte. Pero tal accidente no podría
ocurrirle a personas saludables a menos que se tratase de ese tipo de shock. El
cuerpo astral, en la experiencia fuera del cuerpo, no se despega del cuerpo físico
por completo: el grueso astral, al menos, permanece para mantener los latidos del
corazón, el sistema nervioso y el cerebro en funcionamiento. Esas funciones
esenciales a veces pueden «reducirse» hasta tal extremo que asusten a un
observador no informado, que vea el cuerpo inconsciente, pero están continua y
adecuadamente funcionando.
Una mujer que viajaba sola atravesando un campo en la región de Escocia, tuvo
un contratiempo con su coche y la avería no podía arreglarse hasta el día siguiente.
Como era noche avanzada, fue a una casa de campo aislada que había por allí
cerca y preguntó si podría pasar allí la noche. La casa de campo estaba ocupada
solamente por una mujer mayor y su hija soltera. Ambas dieron la bienvenida a la
viajera y la dijeron que podía quedarse, salvo que sólo disponían de una cama, que
ellas compartían, y que lo único que podían hacer era invitarla a que durmiese con
ellas en la misma cama. Ante la evidencia de no tener mucho donde elegir, aceptó.
Durante la noche se despertó y descubrió horrorizada que la mujer mayor que
yacía junto a ella estaba fría, lacia, y al menos hasta donde podía decir ni siquiera
respiraba. Apresuradamente despertó a la hija, con angustia, «Creo que a su madre
le ha pasado algo». La joven se incorporó tranquilamente, se aseguro del verdadero
estado y despreocupadamente respondió con su marcado acento irlandés: «No, no.
Estará fuera». Y a la mañana siguiente antes de que la cansada viajera se
despertase la anciana señora estaba de vuelta de sus viajes y se encontraba
preparando el desayuno.
Lo que sale del cuerpo físico en la proyección deliberadamente o de cualquier
otra forma, sola o con la mente consciente- es parte de la subtancia del cuerpo
astral. Más o menos, pero algo; y solamente parte mientras que la vida dura.
LA SUBSTANCIA ASTRAL, entonces, puede ser expulsada del astrosoma de una
persona de cuatro maneras.
(a) Involuntariamente, y SIN la consciencia racional. Esto puede tener varias
consecuencias: el material puede regresar, o puede regresar parcialmente,
trayendo consigo vivos, pero desconcertantes e inconsecuentes sueños y a
menudo un sentimiento de estar «más cansado al despertarse que cuando se
fue a la cama». (Se da un ejemplo coherente en el Apéndice de este libro). O
el material puede producir extraños «espíritus chocantes-tipo» dando golpes
secos en el dormitorio; o puede simplemente perderse y causar un
misterioso agotamiento. Las causas y curas de «la hemorragia astral» serán
explicadas completamente en el Capítulo 3.
(b) Involuntariamente, y CON la consciencia racional. Podríamos llenar un libro
entero de historias con ejemplos como éste. Algunos individuos tienen caso
por costumbre «despertarse» en plena consciencia, pero dentro ya de un ya
inconsciente mente exteriorizado vehículo astral en vez de dentro de ese que
permanece en el cuerpo físico. La mayor parte de los ejemplos de los que se
oye hablar, sin embargo, son de experiencias durante la enfermedad (tales
como fiebre) después de un rápido impacto (tal como el de la caída de un
caballo), o mientras el estado de anestesia total. La persona se presenta
habiéndose sentido completa, racional y normal, y generalmente sólo ha
sido consciente de la situación al reconocer su propio cuerpo físico. En el
Apéndice damos un ejemplo de esto.
(c) Involuntariamente, y SIN la consciencia racional. Esto es una técnica mágica
especial en la cual el material es expulsado deliberadamente, con el
propósito de asimilar impresiones. En los capítulos 4 y 5 se dan detalles
completos de las dos formas y usos distintos de este procedimiento.
(d) Voluntariamente, y CON la consciencia racional. Esta es la principal actividad
que este libro le va a enseñar.
El principal propósito de este libro es explicarle y darle todos los datos que usted
necesita de cómo
-TENER LA FUNCIÓN DE SU CONSCIENCIA RACIONAL A TRAVÉS DE
-Y VIAJAR A VOLUNTAD DENTRO DE
-UN VEHÍCULO DE SUBSTANCIA ASTRAL
-EXTERIORIZADO POR USTED CON ESE PROPOSITO
Todo lo demás en este libro es con el fin de hacerle saber con más claridad LO
QUE estará haciendo, o POR QUE son útiles diversos procedimientos, o COMO
puede obtener el máximo beneficio de su nuevo conocimiento.
La explicación continúa. La consciencia racional, cuando está en el cuerpo en el
estado normal de cada día, actúa a través del astrosoma para formular la
consciencia cerebral sensoria, y así modifica su conocimiento del mundo físico. El
cerebro no es la inteligencia, pero es una computadora muy compleja, y la mente
racional depende de él en un alto grado para los datos exactos de trabajo; al
menos en algunos campos de actividad. Esa es la razón por la que una persona que
no lleva mucho tiempo practicando la proyección astral puede tener la impresión de
que está funcionando menos de la totalidad de su mente racional mientras se
encuentra fuera del cuerpo. Será capaz de experimentar sus viajes con claridad y
precisión, apreciando la aventura, la excitación y la belleza; formar impresiones y
juicios de cualquier ente humano o no humano que pueda encontrar: puede darse
cuenta de que algunas de sus experiencias tienen significado espiritual, el cual
interpretará, naturalmente, de acuerdo con el alcance y el tipo de su propio
desarrollo interno. Sin embargo, con todo esto, probablemente no sea capaz, hasta
que vuelva a su cuerpo, de recordar algún dato o datos técnicos que ella piense que
podrían ser de utilidad, o de coordinar su experiencia astral con una experiencia
terrena de la misma especie que ella sepa que una vez tuvo.
Esto, sin embargo, no indica ningún tipo de limitación en la capacidad propia de
la mente mientras se halla en el estado de proyección. Es sencillamente un efecto
temporal al separarse del banco computador del cerebro. Muchas personas que
comienzan la proyección astral tal vez no se encuentren nunca molestas por este
problema; pero aquellas que sí, encontrarán que la molestia se esfuma cuando el
estado de proyección se hace, con la práctica, parte de la experiencia en la vida
normal. ¿Puede usted recordar cómo, cuando era un niño, necesitó años de práctica
para aprender a utilizar su cuerpo físico, y luego para aprender a utilizar su
cerebro? Si no recuerda ésto con mucha claridad, tal vez haya observado a otras
personas hacerlo desde su más tierna infancia: tambaleándose cuando aprendían a
andar, luego tratando de sostener un lápiz, después haciendo grandes esfuerzos
para aprender la sencilla aritmética y memorizar como hacerlo.
Cualquier cosa que necesite aprender ahora será mucho más fácil que todo eso,
y por dos razones.
Razón Una: ¿Ha oído usted hablar de la «Inercia de la Materia»? Bien, su cuerpo
astral es más rápido y más dócil que su cerebro físico.
Razón Dos: Encontrará que debido a la naturaleza particular del viaje y de la
aventura astrales, mucha de la materia cerebral que parece necesaria en la vida
física, seria del todo inútil en lo astral. (En el capítulo anterior dimos un ejemplo de
esto- usted no necesitará mapas de carreteras).
De la clase de conocimiento que usted necesita para continuar con sus
experiencias astrales, o que desea para continuar porque significa mucho para
usted sin que por ello sea estrictamente necesario, encontrará que a medida de
ese, de hecho, será llevado a los niveles más profundos de la sique, para que pueda
hacer uso de él en el estado de proyección. Eso sucederá conjuntamente sin dolor y
sin ninguno de los esfuerzos del pequeño que está en la escuela, pero es de utilidad
recordar a ese niño para no ser demasiado impaciente con usted mismo o para no
esperar ser capaz de hacerlo todo en seguida y sin práctica.
Pero la práctica en sí misma es divertida. Es como aprender un nuevo deporte:
la alegría de un pronto progreso, un nuevo éxito en el camino. Así como en el
deporte, también la proyección astral se lleva a cabo desarrollando las facultades
QUE YA POSEE.
Puede ser que, sin embargo, después de haber leído ésto todavía tenga algunas
preguntas de esa clase que con mucha frecuencia nos hace la gente. Antes de
comenzar con el verdadero entrenamiento que le llevará a conseguir realizar la
experiencia fuera del cuerpo, es bueno asegurarse de que no existen persistentes
preocupaciones en el fondo de su mente sobre ello. Además, cuando sepa hacer la
proyección astral, tal vez desee contárselo a alguien (no es aconsejable hablar de
ello de antemano, a menos que se trate de alguien que ya sabe hacerlo o de
alguien que está aprendiendo al mismo tiempo que usted). Y es probable que la
otra persona le haga alguna de estas preguntas; por eso incluso aunque usted
mismo pueda tener su mente felizmente formada a este respecto, es aconsejable
que sepa las respuestas y que piense sobre ellas para que pueda ver cómo
trabajan. Cuando usted tenga su propia experiencia astral podrá reforzar sus
respuestas con ella, pero estas respuestas que nosotros le damos serán un
comienzo para usted.
Pregunta 1. ¿Qué sucedería suponiendo que se perdiese cuando está fuera del
cuerpo o que olvidase como regresar?
No existe la posibilidad de que ninguna de estas cosas represente un problema,
porque usted no depende de su consciencia racional para que éste cuide de usted.
Cuando sea un viajero astral experimentado sabrá ejercer su «voluntad»
eficazmente para ir a cualquier lugar que tenga una razón especial para hacerlo, y
su propio cuerpo es el lugar al que con mayor supremacía tendrá una razón
especial de ir. Y hasta que sea un viajero experimentado, observará que su
obsesionante problema no es «cómo regresar», sino «cómo permanecer fuera»;
observará que tiene usted tendencia a pegarse a su cuerpo físico por la mínima
razón, a veces cuando no existe razón externa en absoluto, sino sólo una fugaz
idea.
Como añadidura a esta tendencia -y de hecho, es una razón para esta
tendencia- el vehículo astral que habrá construido para usted no estará
completamente libre del astrosoma que permanece en su cuerpo físico.
Hay siempre un tenue «cordón» que une, de una finísima substancia astral. A
veces se le hace referencia en los libros ocultistas con el nombre de «cordón de
plata». Esa frase está sacada del Antiguo Testamento, el Libro de Eclesiastés,
Capítulo 12, versículo 6, donde «se rompe el cordón de plata» y se da como
metáfora de la muerte: una vez que el astroma se ha ido por completo y
definitivamente del cuerpo físico, deja de existir esa ligazón que une. Ese concepto,
sin embargo, no debería hacernos pensar en el cordón de unión como algo pesado
o grueso, ni siquiera en términos astrales. Muchas personas han realizado el viaje
astral muy eficientemente durante años sin darse cuenta jamás de que estaban
unidos de alguna manera a su cuerpo físico mientras lo hacían. Si usted sabe que el
«cordón» está allí, y lo busca cuando esté fuera del cuerpo, probablemente sea
capaz de verlo, y esto puede darle más confianza. Pero incluso en el caso de que no
lo viese, puede estar seguro de que está funcionando eficazmente.
Hay dos cosas más acerca del «cordón». No es simplemente un dispositivo de
seguridad. Con la práctica hallará formas de obtener «más fuerza» o «más
conocimiento» -porque puede necesitarlo- para su yo consciente cuando se
encuentre fuera del cuerpo, a través del cordón. Y como es simplemente un
delicado ramal de su propia substancia astral, sencillamente es reabsorvido a su
regreso.
Pregunta 2. ¿Qué sucedería suponiendo que cuando uno se halla fuera del
cuerpo perdiese la noción del tiempo, y no volviese durante meses o durante años?
Sabemos que se han dado escasos casos -sin relación alguna con la proyección
astral a voluntad y consciente- en los cuales una persona ha pasado del sueño
normal a un estado catalépsico, a veces con una duración de años. Estas personas
no han practicado nunca ninguna forma de entrenamiento oculto: podemos decir
esto con toda confianza porque los médicos, que han investigado vorazmente una
causa demostrable de estos extraños sucesos, que habían dado por seguro el hecho
del entrenamiento oculto, no han encontrado ninguna.
En los métodos que le damos en este libro hay mucho material que asegura un
saludable y abundante flujo de energía entre los distintos niveles de su sique y su
cuerpo físico, incluso antes de que comience de lleno a trabajar en la proyección
astral. Para una persona en un estado de salud razonable no hay peligro de un
estado de catalepsia anormalmente largo o dañino como resultado de las prácticas
recomendadas.
En lo que se refiere a «olvidarse del tiempo», desde luego hasta cierto punto
sucede. Una vez más aquí tenemos un dispositivo de seguridad auto-operacional.
En los estados astrales más próximos a la consciencia terrena (o sea, los estados a
los que el inexperto estará limitado hasta estar preparado para un progreso mayor)
hay un sentido definido y concreto del tiempo: De hecho, esta es una de las formas
de poder distinguir entre una experiencia astral y un mero sueño, ya que en un
sueño es casi siempre una hora concreta y verdadera del día o de la noche. A
medida que se hace más experto, será capaz de ir a más regiones «sin tiempo»,
pero para entonces también dominará más perfectamente la situación de todas
formas. En cualquier caso, recuerde que -el grueso astral, esa parte de su astroma
que está en un más estrecho contacto con su cuerpo físico, está todavía allí cuando
su consciencia está en otra parte- y está en el extremo corporal del «cordón» que
une. Cuando su cuerpo desea que usted vuelva, su grueso astral le hará regresar.
¡No tema nunca!
Pregunta 3. Han mencionado que no existe peligro alguno en la proyección astral
para una persona que se encuentre en «un estado razonable de salud». ¿Hay
estados de salud en los que DEFINITIVAMENTE NO recomendarían a una persona
intentar un viaje astral (la experiencia fuera del cuerpo)?
Si, los hay. Estas prácticas no deberían ser intentadas por las personas que
padezcan de: Enfermedades del corazón de cualquier especie; tensión alta;
cualquier seria afección de los nervios, sistema circulatorio o respiración.
Sin embargo, las enfermedades menores parecen, con frecuencia, mejorarse, no
sólo mediante la proyección sino también mediante las prácticas preparatorias que
se dan en este libro, simplemente porque estas prácticas tienden a «entonar» el
cuerpo en general.
Pregunta 4. ¿Qué sucedería suponiendo que usted -su mente consciente en su
vehículo astral- fuese atacado por algo maligno mientras se encuentra fuera de su
cuerpo físico?
El término «algo maligno» puede aceptarse en este contexto sin apelación.
Nosotros generalmente creemos que algo que nos causa sufrimiento, dolor o
molestia es «malo», especialmente si no vemos la razón del ataque (cualquier clase
de ataque). En cualquier caso -en el comparativamente poco común caso de ser
atacado en el vehículo astral de uno por un ente astral- nadie le busca los tres pies
al gato. Si a uno le atacan: uno se defiende.
¿Cómo son de serios estos combates astrales? Parecen ser totalmente serios
cuando suceden, y hay evidencia clara de que estos incidentes son verdaderos
sucesos astrales y no pesadillas. Pero como ser humano encarnado tiene usted una
enorme ventaja en que todos los niveles de existencia están abiertos a usted,
desde el terrestre hasta el divino.
Puede usted, literalmente, escapar a otro mundo huyendo de su atacante. Puede
volver a caer en el físico, como describe Robert A. Monroe haber hecho él mismo,
en el capítulo «Animales Inteligentes» de su libro «Viajes fuera del Cuerpo» (página
143), o puede forzar la lucha hasta un nivel superior como la narradora anónima
hizo en una de las Historias en El Triunfo de la Luz, Libro IV de ‘la filosofía mágica’
(página 241). A la larga, la técnica de ir a un nivel superior es la más recomendada
porque tales entes viciosos son, por naturaleza, de los niveles más inferiores;
pueden así pues ser despistados y desanimados de continuar su ataque.
Así ya ve, si tiene aspiraciones de moderno caballero errante (o dama errante)
todavía existe la posibilidad de una escaramuza ocasional con un «dragón» en lo
astral. Pero nadie mata a nadie y ES aventura.
Pregunta 5. ¿Qué sucedería suponiendo que se molestase a su cuerpo físico
mientras su mente consciente se halla lejos de él?
Los peligros de esta situación han sido en alto grado exagerados por unos pocos
escritores. Recuerde que: el grueso astral no abandona a su cuerpo físico su
consciencia está viajando; y el grueso astral es la parte profundamente instintiva
de su sique. Es un buen perro guardián. Si un ladrón llega a su casa, el grueso
astral tirará de usted hasta su cuerpo tan rápidamente como pudiera sacarle del
sueño normal en tal caso. Por otra parte, si alguien con buenas intenciones hacia
usted tratase de despertarle por error, sea su madre, esposa o su amigable patrona
-probablemente no lo consiga, y su cuerpo puede incluso ser levantado por los
hombros o sacudido- tales cosas han ocurrido- sin conseguir despertarle en el
mundo material. El grueso astral sabe que eso no implica daño alguno. En cuanto a
los peligros del susto en tales circunstancias, siempre que el viajero no padezca
ninguna de las condiciones físicas mencionadas en la respuesta a la pregunta 3,
estos peligros parecen ser imaginarios; o, verdaderamente, no son mayores que los
peligros de despertar del sueño ordinario y hacer frente al mismo disturbador.
Lo que importa en el aprendizaje de la proyección astral es asegurarse en lo
posible de que NO será molestado. Nada es más difícil que formar su vehículo astral
y exteriorizar su consciencia dentro de él, si está esperando que de un momento a
otro alguien va a entrar en la habitación.
Pregunta 6. Si se puede ir donde se quiere con la experiencia fuera del cuerpo
¿qué hay sobre mirar y merodear en los sitios militares? – ¿o leer documentos de
alto secreto? Si las personas pueden hacer lo que ustedes dicen, ninguna de estas
cosas pueden estar realmente seguras.
En un sentido, ningún «secreto» en la tierra puede estar realmente seguro. Los
sitios militares y los documentos secretos normalmente están a salvo de cualquier
riesgo material; y puesto en examen, los riesgos astrales resultan ser menos de los
que usted pudiera suponer.
Usted puede ir donde quiera que desee en su vehículo astral; que no es lo
mismo que ser capaz de ir donde usted guste. El vehículo en el que usted viaja es
astral, y por tanto está gobernado por consideraciones emocionales, no
intelectuales. Incluso aunque usted haga que su vehículo astral vaya a un lugar en
el que usted tiene solamente un interés intelectual, su mente todavía depende de él
para ser consciente de lo que hay fuera: La mente tiene que trabajar a través de un
vehículo de alguna clase, y de esta manera es dependiente de la cooperación de
ese vehículo.
Cuando está dentro del cuerpo físico, puede leer cualquier materia sin interés,
porque la computadora de su cerebro (que fue programada en su niñez) lo
«escudriñará» para usted, sea cual sea el tema o sujeto; incluso en eso, su nivel
astral (emocional) puede ser tan inútil como para impedir que recuerde lo que ha
leído. Cuando está fuera del cuerpo físico, ni siquiera tiene la acción computadora
del cerebro para ayudarle. Leer cualquier cosa es difícil para la mayoría de los
viajeros astrales: leer algo que no tiene interés personal es virtualmente imposible.
Lo mismo ocurre con los detalles topográficos de los lugares visitados.
Desde luego, hay personas de diferente clase, los «traineras astrales» que
pueden encontrarse casi en cualquier parte sin volición alguna, pero necesitan no
causar comprensión porque ni saben ni se preocupan realmente de lo que puedan
llegar a ver- «Fíjate, soñé que estuve en tal o cual lugar».
Todavía, existe otro lado más serio de la cuestión. Sólo porque un tema o sujeto
carezca de atractivo emocional para muchas personas, no se puede suponer que
carezca de atractivo emocional para el resto de la humanidad.
Probablemente la mayoría de los políticos, si durante una enfermedad se
encontrasen libres para viajar a voluntad en lo astral, volarían directos a la clase de
lugar en que les gustaría pasar unas vacaciones: cielo azul, deliciosos contornos y
sus diversiones favoritas. Pero un caso famoso o incontestable de proyección astral
se refiere a un Miembro británico del Parlamento, el Dr. Mark MacDonell, quien no
solamente fue visto y reconocido en la Casa de los Comunes durante dos días
mientras su cuerpo yacía en cama, sino que también, cuando se hizo una votación
durante ese tiempo sobre una medida que profundamente le interesaba, hizo
constar su voto de la manera aprobada.
En cuanto a la lectura de documentos secretos, ha habido admitidos ejemplos de
estudiantes viajando astralmente y viendo preguntas auténticas del examen que
tenían que responder al día siguiente. No todo el papel del examen; no
normalmente todas las preguntas, pero sí las partes más vitales de éstas.
Vitalmente importantes para esos estudiantes. Nada interesantes de leer al resto de
la población.
Así el viajero astral puede, si tiene el deseo suficiente de hacerlo, pasar a través
de las puertas cerradas. Tal vez esos exámenes estaban guardados solamente por
puertas cerradas y, una vez que las puertas fueron abiertas, estuvieran claramente
visibles.
Aquí hay otro ejemplo del país de los’ sueños reales’ –un aspecto afín a la
experiencia fuera del cuerpo o viaje astral, ya que nadie puede trazar una línea
claramente establecida entre ellos. Cuando una persona tiene sueños reales sobre
algún asunto al que no se puede llegar por medio de la telepatía entre persona y
persona, ¿dónde está la fuente de su conocimiento?- Seguramente debe ser capaz
de mirar dentro de algún nivel de cosas más allá del nivel material? ¿El astral,
entonces? Esta historia se relaciona con uno de los pioneros de la paleontología en
el siglo XIX, un hombre que estaba enteramente ocupado en la investigación del
principio de la historia de este planeta por medio del estudio de fósiles y rocas, en
un tiempo en el que los científicos no sólo sabían menos de lo que saben ahora,
sino que también tenían menos equipo técnico con el que trabajar. Un día estaba
trabajando un trozo de roca del cual, a un lado, se había quitado unas capas para
dejar al descubierto la cabeza de un pez en estado fósil. Nuestro científico estaba
muy interesado en ésto, porque la cabeza mostraba que se trataba de un especie
diferente de todas las anteriormente descubiertas. El quería picar lo suficiente en la
roca para revelar el pez completo.
Pero cómo podría hacer esto sin miedo de dañar parte de la importantísima
reliquia, cuando el no tenía ni idea de su forma ni medida? Por más vueltas que le
daba siempre volvía al mismo círculo de ideas: tendría que picar la roca para ver
como era el pez, para picar la roca sin dañar el pez.
Parecía no haber solución a ésto, así es que se fue a la cama al fin y se durmió
haciéndose preguntas al respecto. Y soñó que verdaderamente picaba la roca y que
veía como era el pez.
Cuando se despertó por la mañana, recordó los detalles de este sueño, que
había sido singularmente vivo. Y decidió actuar de acuerdo con él, y suponer que el
misterioso pez era como lo había visto en su sueño. Esto le permitió picar la roca
con confianza y satisfactoriamente: y el pez era exactamente como el lo había visto
en su sueño.
Sin embargo este ejemplo funciona -y podría haber varias posibilidades, pero no
nos proponemos teorizar aquí sobre ellas- está ciertamente claro que nuestro
científico logró el acceso al conocimiento que el quería a través de los niveles del
consciente más que de lo material, y lo consiguió porque era un asunto de intenso
deseo para él. El trabajo que estaba desarrollando no era sólo un ‘empleo’; para él,
era su vida.
En experiencias de este tipo -el «sueño real» o la inconfundible proyección astral-
la gente consigue sólo ese conocimiento que hacen «suyo de saber», que es parte
de su patrón de vida.
Si alguien tiene esa clase de deseo íntimo y apasionado de saber un secreto
oficial, es evidente una concreta posibilidad de que pueda conseguir la lectura astral
del mismo.
Pero las personas que acostumbran a realizar la experiencia fuera del cuerpo por
gusto, probablemente decidirán sobre cosas que les gustaría hacer cien veces, cada
vez y en cada ocasión que «salgan».