Estando en tiempo de descuento

Cuando se llega al final del camino, cuando vemos la meta a esta vida y no tenemos la forma humana de volver marcha atrás recordando, incluso, los buenos momentos de nuestra vida. Muchos dicen que tenían que haber hecho esto o lo otro, pero la vida, o el tiempo, no tiene piedad. Por ello, es importante vivir el momento, pues es la única forma de apreciar la vida, pero si pensamos en que vamos a hacer mañana o pasado, siempre estaremos flotando y cuando nos demos cuenta, estamos casi en la recta final.
Tiene que ser duro esos momentos que sabemos que tenemos un pie en el más allá que en él más acá. Tiene que ser angustioso saber que estamos en tiempo de descuento y nadie lo frenará. Saber que un día nos iremos solos, dejando aquí lo más apreciado, y eso, es la familia. Muchas personas mayores tienen cara de angustia porque saben bien que el tiempo se les acaba y no saben si llegarán a su cumpleaños, o las próximas navidades y si, si empatizamos, podemos sentir y ver ese momento que la verdad, se pasa mal.
Es evidente que el final de camino está cada día más cerca y lo notamos al ver a los demás envejecer, también cuando vemos a los más pequeños crecer y ver, momentos que están casando o teniendo sus propios hijos, en ese momento es cuando apreciamos y vemos que somos más viejos. Por ello, a disfrutar de la vida, pues la vida son dos días y si, ya pasó uno. Sigo pensando que esa angustia la sentiremos cuando nos toque, es algo que parece natural.
«Tiene que ser una experiencia positiva o negativa al pensar que el camino se acaba. Es una sensación que si empatizamos con nuestros mayores se podría sentir»
Hace ya unos años veo que mis padres son tal cual cuento y yo cada día más viejo. Mis hijos son más mayores y veo que después de mis padres —me tocará a mí—, pero también veo a los demás igual y es evidente que es una cadena. Hacía nada que jugaba y tenía a mis mayores, pero esos mayores se marchan y pronto me tocará ser el que esté arriba por años cumplidos, luego, se terminó para que otros sigan —bucle—.
Todo es evidente que es un proceso y mientras cumplimos años nos vamos dando cuenta y nos vamos dando cuenta que quedamos aparatos de la juventud, ¡bendita juventud! Claramente, si me saliera un genio de la lámpara pediría vivir por siempre a mi edad y disfrutar al máximo de todo lo que hoy en día tenemos, pero tiene un precio, ese precio es ver a todos los familiares, hijos y nietos morir.
No sé si estoy siendo negativo o triste, pero si es verdad que suelo pensarlo y verlo en nuestros mayores. Una vida de sacrificio y trabajo en todos los aspectos. Ahora los ves empotrados en una cama de hospital o residencia. Muchos tienen en su mirada u ojos el miedo al finalizar la vida, final del camino y sí, llevo tiempo viéndolo y la verdad que tiene que ser agotador.
Ahora bien, podemos contar que todos tendremos que pasar por ello siendo agotador. Ahora no lo sabemos o no lo solemos pensar, pues andamos ocupados y vemos ese fin muy lejano, pero mientras vamos avanzando el reloj va haciendo «tic tac» sin piedad. Sé que alguna vez pensamos en ello, pero sabemos que nos queda aún mucho tiempo, ¿verdad?
El tiempo es relativo y también sabemos que por edad aún nos falta tiempo para seguir disfrutando, pero nos olvidamos el vivir, vivir el aquí y el ahora. La gente anda ocupada en sus vidas y no saben que tarde o temprano serán ancianos y si, los hay que se ríen de ellos o se meten ofreciéndoles. Por ello, contar que el karma existe y da donde más duele. A esos que supuestamente no les llegó el karma —me lo pensaría— pues llegara y de golpe, no me gustaría estar en el pellejo de muchos cuando les pase y de golpe.
Lo vamos a dejar aquí, la próxima, más y mejor.
Saludos.
Miguel Ángel
Asì es, aquì y ahora…el elixir de eterna juventud, que nos evita el tener no sòlo pensamientos innecesarios, sino que nos ayuda a disfruta cada dìa como nunca màs…a tope. Gracias.:)
Correcto!! Así es querido amigo, gracias por tu comentario.
Saludos
Miguel Ángel
🙂
Reblogueó esto en UNIVERSE.